15.7 C
Buenos Aires
viernes, marzo 14, 2025

La historia de Marco y el dramático rescate de 13 ancianos con una retroexcavadora

Más Noticias

Cerca de la icónica Avenida Alem y detrás del teatro municipal, Bahía Blanca posee una zona de bares, confiterías y centros culturales que fue una de las más afectadas durante el temporal. En Las Heras 481, se encuentra la residencia gerontológica y centro de día Abuela Graciana, que no fue inmune a la catástrofe. Hoy, tiene sus ventanas rotas y un cartel que anuncia que todos los pacientes han sido reubicados. Llegó a tener 1,20 m de agua.

Mientras Marco Ciccioli (29), un vecino del barrio, observaba el agua acumularse desde su balcón en el 1° piso, recibió el llamado urgente de su cuñado: «Vamos a buscar a la abuela». Decidieron salir al rescate, con el agua hasta la cintura, pero en su misma cuadra se toparon con una mujer llorando en una ventana. Era la cuidadora del turno noche de la residencia.

“Estaba en un estado de shock muy grande, nos dijo con muy poca voz que había 15 ancianos, dos ya fallecidos, que no sabía qué hacer, que la policía no le respondía, que ya no tenía señal”, cuenta Marco.

Sin perder tiempo, pidieron ayuda a gritos a los vecinos y cuando lograron entrar, vieron una escena que los impactó. Un pasillo en penumbras, con tres habitaciones, andadores, sillas y ropas flotando, y los gritos de «Ayuda, tengo frío», de fondo.

«Había tres señoras arriba de una mesa. Una sentada en el agua diciendo que tenía mucho frío, otras gritando que se estaban por caer de la cama y que se estaban por ahogar”, relata. Marco dice que no le alcanzan las palabras para describir ese momento. Que nunca había vivido una experiencia de rescate, pero trató de no sobrepensar, apretó los dientes e intentó hacer lo primero que estuvo a su alcance.

Problemas en el traslado

En primer lugar, acomodaron a las personas que estaban acostadas o con el agua a punto de llegarles a la cabeza. Abrieron las ventanas para que entre luz y después, el objetivo fue sacarlas de ahí. Posicionaron la camioneta en la entrada y en la caja colocaron sillas y colchones que aportaron los vecinos.

“Y ahí nos preguntamos: ¿Qué hacemos con los ancianos? La mayoría había que transportarlos en un colchón, no se podían parar, tampoco podían estar mucho tiempo flexionados ni los podías llevar en brazos porque les dolía mucho».

Por suerte, el galpón de la empresa de la familia Ciccioli era a una cuadra y tenía una planta alta. Pero el rescate no iba a ser tan sencillo: aunque la caja estaba seca, el agua había estropeado el vehículo y no pudieron hacer que arranque.

En retropala al taller

Obra del destino, de la suerte o de Dios, cuenta Marco, una retroexcavadora pasaba justo por ahí y acudió a socorrerlos. Así que, uno a uno, fueron sacando a los ancianos de la residencia sobre un colchón en la retropala, para luego atravesar una cuadra inundada y subir una rampa hasta la planta alta del galpón. Los abuelos estaban en su mayoría en estado senil, muy desconcertados y con mucho estrés.

Sin señal en los teléfonos ni noticias de patrulleros o bomberos, los vecinos brindaron toda la ayuda posible. «Eramos tres y de repente éramos 50. El que tenía fuerza hacía fuerza, el que tenía colchones traía colchones, sino mantas. Venían otros con mate, café caliente, galletitas. Aparecieron también una médica y enfermeros», recuerda Marco. Nunca había tenido que realizar tareas de cuidado de gente mayor, y su única experiencia similar había sido con sus abuelos paternos que padecieron demencia y Alzheimer.

Así está el geriátrico hoy. Allí fallecieron dos ancianas y otros 13 adultos mayores pudieron ser rescatados.
Así está el geriátrico hoy. Allí fallecieron dos ancianas y otros 13 adultos mayores pudieron ser rescatados.

Cuando el agua ya había bajado, continuaron sacando a los ancianos en brazos y la retroexcavadora abandonó el barrio para emprender otras operaciones de rescate.

El centro de evacuados improvisado

Al galpón llegaron las cuidadoras, que velaron por la salud de los 13 ancianos en todo momento y les proporcionaron sus medicamentos. Solo una familia llegó para trasladar a una de las personas mayores a su casa. Los vecinos, mientras, aprovecharon que ya se podía transitar y encontraron una combi de la prefectura. Un camión militar pudo trasladar a los ancianos al centro de evacuados del Club Liniers, con sus cuidadoras, en varios viajes.

Desolación. En la residencia geriátrica. Desolación. En la residencia geriátrica.

Caía la noche, y todavía había cuatro personas mayores en un galpón cada vez más frío y sin luz. Marco iluminaba con una camioneta de la empresa familiar que había quedado en planta alta. La mayoría de los vecinos había partido para resolver sus propios problemas. Como ya eran las doce y el camión no volvía, ellos mismos llevaron a los ancianos. «En Liniers nos pidieron que por favor llevemos todos los pañales, mantas y cosas que teníamos y ese fue el último viaje». Volvió a su casa cerca de la 1.30 de la madrugada.

Cuando todos los ancianos estuvieron en un lugar seguro, Marco y sus allegados empezaron a tomar dimensión de lo que había pasado. Se confirmó el fallecimiento de Estela María Regolf (83) y Nilda Ernesta Schamberger (82), que se alojaban en la residencia y comprendieron que lo que ellos habían vivido, se había replicado en varios puntos de la ciudad. En la residencia de la calle Sarmiento, perdieron la vida Margarita Emma Egusquiza (87), Malena Perla María Ré (99 ) y Sara Rueda (101). En una residencia de Cerri, falleció Rolando Ortega (91).

Casi una semana más tarde, Marco forma parte de los cientos de voluntarios que trasladan donaciones y realizan tareas de reconstrucción. Fue a ver cómo estaban los abuelos y la mayoría ya se habían ubicado en otros hogares o con sus familias. En retrospectiva, piensa que el viernes actuaron lo más rápido posible sin pensar en los riesgos: si algo les ocurría, nadie podría haberlos ayudado y habrían sumado problemas. Pero que no cambiaría nada, agradece que pudo estar ahí y que como jugó al rugby mucho tiempo, tenía la capacidad física para ayudar. Ante la desgracia, la ciudad se une y solidariza.

Maestría Clarín / UdeSA

AS

Redacción

Fuente: Leer artículo original

Desde Vive multimedio digital de comunicación y webs de ciudades claves de Argentina y el mundo; difundimos y potenciamos autores y otros medios indistintos de comunicación. Asimismo generamos nuestras propias creaciones e investigaciones periodísticas para el servicio de los lectores.

Sugerimos leer la fuente y ampliar con el link de arriba para acceder al origen de la nota.

 

- Advertisement -spot_img

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

- Advertisement -spot_img

Te Puede Interesar...

Google anunció la solución para los Chromecast dañados y dio dos motivos por los que muchos aún no andan

Y al quinto día, el Chromecast habría resucitado. O al menos eso es lo que algunos usuarios y Google,...
- Advertisement -spot_img

Más artículos como éste...

- Advertisement -spot_img