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José Pedro Traibel Oribe | Montevideo
@|Las fechas patrias representan momentos clave en la historia de un país ya que constituyen la razón de ser de su autodeterminación y su identidad. Conmemorarlas no solo honra a quienes contribuyeron al desarrollo de la nación, sino que también fortalece el sentido de pertenencia y unidad entre los ciudadanos. Recordar el pasado no significa anclarse en él, sino tomar sus valores para enfocar el futuro.
Las fechas patrias son una oportunidad para hacer precisamente eso, reflexionar sobre los momentos históricos que dieron forma a nuestra nación, aprender de ellos y proyectar esos aprendizajes hacia un futuro mejor. No debemos mirar el pasado desde nuestro presente sin considerar el “contexto” donde se desarrollaron los acontecimientos. Las reacciones de los personajes que escribieron nuestra historia estaban condicionadas por los tiempos y momentos muy diferentes a los nuestros.
Es un grave error leerlos desde nuestro presente. Debemos imaginar un viaje al pasado en “todas” sus dimensiones para poder comprender realmente esos actos, actitudes, palabras que hicieron nuestro pasado y engrandecieron a esos personajes.
Celebrar estas fechas y recordar esos personajes permite a las nuevas generaciones conocer su historia, valorar los sacrificios del pasado y cultivar el amor por nuestra nación. Debemos entender que sus acciones dieron y son el fruto de “nuestro presente”. Entenderlas y recordarlas es una forma de reforzar la nacionalidad, ya que promueve el orgullo por los símbolos, tradiciones y valores que definen a nuestra comunidad, un país y un estado y/o una nación. Festejar estas fechas nos une no solamente a una historia común, sino a una interpretación de nuestra concepción como Estado o Nación y nos permite entender la causa de nuestra existencia. Nos recuerda quiénes somos, de dónde venimos y por qué somos lo que somos.
Podemos no estar de acuerdo con los hechos históricos, o sí estarlo, pero son “hechos incambiables” y en ambos casos es fundamental conocerlos para seguir el camino o cambiar el futuro. Al celebrar el pasado con conocimiento y conciencia de su curso y acciones, no solo honramos a nuestros antecesores partícipes sino que también reafirmamos nuestro compromiso con el presente y el porvenir de nuestra nación y nuestra comunidad.
En mi opinión, la Memoria y Recuerdo de nuestro pasado histórico no es solamente una buena costumbre, sino una herramienta poderosa para mantener viva la identidad nacional, reafirmarla, acrecentarla y fomentar el compromiso con la construcción del futuro bienestar de nuestro país y la felicidad de sus ciudadanos.
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