El Eternauta, cuya serie ya está disponible en Netflix, es un clásico de la ciencia ficción no solo en Argentina: también lo es en el resto del mundo. Esta afirmación incluye a China, un país en cuyas librerías no abunda precisamente la literatura argentina.
La novela gráfica de Héctor Oesterheld y Francisco Solano López conforma, con Borges y Mafalda, una tríada literaria capaz de traspasar las fronteras del gigante asiático.
Para sacarse todas las dudas sobre la edición china, Clarín habló el año pasado con los responsables de la editorial que la hizo posible. Y de esto no cabe duda: el producto final es uno de los más hermosos que se hicieron alguna vez de El Eternauta.
¿Qué tan famoso es El Eternauta en China? Poco, pero a cierto sector bibliófilo le descoloca para bien la idea de que la novela de 1957 se siga resignificando.
Son estudiantes de español, amantes de la cultura hispánica o aficionados a la literatura argentina, como Mar Zhang, la diplomática china que le hizo saber a este diario que existía el fenómeno.
Zhang -quien tiene en su haber las versiones en chino y en español- nos contó que El Eternauta es parte de un top 10 de novelas gráficas en Douban, una de las redes culturales más consultadas por los chinos -un IMDb oriental-. “Si un libro o película está en el top list de Douban significa que muchos lo han leído, les gusta y les parece recomendable”.
En Douban, “el mejor cómic de la historia de Argentina”, según la editorial que lo tradujo al chino, tiene un 8,6/10 de promedio de acuerdo a los votos de los usuarios del sitio y se ubica en el puesto 10 en la lista de “los mejores libros ilustrados y cómics de 2023”.
La mayoría de los casi 600 comentarios de la ficha técnica de El Eternauta son halagos. “Es la Watchmen del hemisferio Sur”; “Trasciende los tiempos”; “No es inferior a los dramas estadounidenses”, se lee.

Del año en que fue leída y rankeada en la página surge una pregunta: ¿por qué los chinos descubrieron la historieta en 2023?
¿Un fenómeno de culto?
Casi toda obra de culto adquiere tal estatus por dos motivos principales: es admirada y defendida por un pequeño grupo de consumidores -lo que la lleva a tener vastos detractores- y es inherente al paso del tiempo.
El Eternauta tuvo su primera versión asiática recién a finales de 2022. Un ejemplo del “milagro chino”. La editorial Lucida, que tiene sede en Shanghai y fue fundada en 2020, lo signó como su primer gran proyecto.
Nació tras la unión espiritual entre el embajador de Argentina en China en aquel entonces, Sabino Vaca Narvaja, la editorial y el célebre traductor Fan Ye, quien estaba buscando una obra para traducir después de haber hecho ese trabajo con Cien años de soledad y 2666.

La edición de Lucida es probablemente la más espectacular que existe. De tapa dura, tamaño considerable (280 x 215) y diseño renovado, cuenta en su edición limitada “de lujo” con merchandising oficial capaz de deleitar cualquier coleccionista: una insignia de metal, una taza de acero inoxidable, una totebag, estampillas.
Clarín, que pudo acceder a un ejemplar de “El navegador eterno” (como le dicen los chinos a El Eternauta), da fe de la altísima calidad del producto (tarea fácil en China, teniendo en cuenta que el costo del papel es muy bajo en comparación con Argentina) en relación a su precio de 188 RMB (26,5 dólares).
Lucida imprimió 6.000 ejemplares de El Eternauta y vendió cerca de 4.000.

Guillermo Bravo, el dueño de la librería chino-latinoamericana Mil Gotas, hizo saber a Clarín que, por motivos lógicos, todo lo referido a Latinoamérica en China no puede medirse con los estándares de popularidad de los productos locales.
Un verdadero bestseller para los chinos supera el millón de ventas (el caso de la trilogía de los Tres Cuerpos), pero el éxito para un libro argentino en China se debe medir con una vara muchísimo más baja. Por eso, reunir en Beijing a cien personas para ver una película argentina en un centro cultural o que Mafalda sea expuesta en la librería más popular de la ciudad son considerados grandes logros.
¿Cómo llegó El Eternauta a China?
Fue idea de Zhao Lei, el editor en jefe de Lucida, poco después de que abriera la editorial el 10 de septiembre de 2020. El primer mail que mandó desde la cuenta oficial de la misma tuvo que ver con el clásico argentino.
El editor conoció la novela gráfica por un artículo de Fan Ye titulado “Lectura: los cómics no olvidan”. Eso lo llevó a leer las biografías de Oesterheld y Solano López. Ahí supo que el primero fue desaparecido y asesinado por la última dictadura militar y que el segundo se tuvo que exiliar en España por el mismo motivo.

Cautivado por el tema y trasfondo histórico de El Eternauta, Lei se vistió de Ulises y emprendió su propia Odisea: editarla en chino. Fue así cómo, después varios idas y vueltas, el editor recibió un guiño de la embajada argentina y, por qué no, de la suerte.
Justo cuando quiso editarla se enteró que luego de casi medio siglo de disputas los derechos de El Eternauta habían sido otorgados a los descendientes de los autores. Solo le bastaba saber si Marina, la hija de López, querría cedérselos.
“Contacté a la hija del señor López. Se escribieron y la embajada de Argentina en China estaba justo hablando con Fan Ye para traducir un libro”, contó Lei a Clarín.

El siguiente paso fue adaptar la historieta al chino manteniendo la esencia de la obra. La tipografía china requirió una nueva versión del dibujo que demoró dos meses en ser completada: cada carácter tuvo que ser escrito a mano, algo que para Lei significó “una dulce molestia”.
El Eternauta le interesaba a Lucida particularmente por su importancia histórica y porque consideran que su carga metafórica “es muy importante”. Lo encontraron “muy actual”, ya que cuando lo leyeron estaban en plena pandemia. Recordemos que la historia de El Eternauta se desarrolla en un contexto en el que una nieve tóxica acaba con buena parte de la población.
Muchos lectores chinos se enteraron de la existencia de El Eternauta a finales de 2022 y 2023, cuando el libro fue lanzado en pre-venta y luego en librerías.

Para su comercialización, Lei utilizó frases como estas: “(El Eternauta) Lleva la fuerza espiritual de su creador y la memoria colectiva de toda la nación argentina, fuerza indestructible (…) Recuerda a la gente: no ceder, no olvidar”. Destaca, además, “el coraje, la lucha inquebrantable y el espíritu colectivo inmortal de una generación en medio de la adversidad”.
Los responsables de Lucida creen que su moderada recepción se debe a que es una historia poco conocida y extranjera que llegó justo cuando la espuma por la ciencia ficción tras El problema de los tres cuerpos había empezado a disminuir.
“Para los que quieren leer tiene más interés. Es muy importante para el resto del mundo y ellos lo saben”, admitió Lei.

Consultada por su interés por una novela como El Eternauta, la diplomática Zhang deslizó una teoría interesante que podría transpolarse a otros lectores de su país: “A la gente le volvió a atraer un cómic en el que algunos elementos entonces futuristas y atractivos ahora ya son algo normales y reales. Debe ser el espíritu lo que atrae a los lectores; algo que coincide con la necesidad emocional colectiva de todo el mundo en una era de tantos ‘rinocerontes grises’ y ‘cisnes negros’, como el covid 19 y los conflictos regionales cada vez más frecuentes”.