La inflación se aceleró en octubre hasta 2,5%, impulsada por alimentos y tarifas. Desde noviembre vuelven los aumentos en servicios, combustibles y colegios, con impacto directo en salarios y jubilaciones.
La inflación se aceleró en octubre y las consultoras privadas estiman un aumento promedio del 2,5%, impulsado principalmente por la suba de alimentos. A esto se suman los ajustes de tarifas que comienzan a regir desde noviembre, luego de haber sido congelados antes de las elecciones.
De esta manera, el arranque del último bimestre del año combina presión inflacionaria, subas de servicios públicos y aumentos en combustibles, colegios privados y prepagas, con impacto directo en los bolsillos de las familias y los costos empresariales.
Inflación impulsada por los alimentos
Las consultoras LCG, Eco Go, Econviews y Libertad y Progreso coinciden en que los alimentos fueron el principal motor del rebrote inflacionario de octubre.
Según LCG, los productos de primera necesidad aumentaron 3,6%, con fuertes incrementos en lácteos y huevos (10,3%), frutas (4,4%) y verduras (3,4%), mientras que las carnes subieron 1%.
Para Eco Go, la inflación general se ubicaría en torno al 2,4%, mientras que Econviews y Libertad y Progreso proyectan un rango superior, de 2,4% a 2,8%. La consultora Analytica estimó una suba más moderada del 2,2%, y C&T calculó el piso en 2%.
Los precios mayoristas, por su parte, ya habían mostrado un avance de 3,7% en septiembre, anticipando la tendencia al alza que ahora se consolida.
Vuelven las subas de tarifas
Con el resultado electoral ya definido, el Gobierno autorizó aumentos que habían sido postergados. Desde este 1° de noviembre rigen las actualizaciones de gas y electricidad, que serán del 3,8% promedio, aunque con diferencias según la región y los proveedores.
En el caso de los combustibles, se reactivó la actualización del impuesto específico, equivalente a $15 por litro, lo que representa un alza cercana al 15%. Además, cada petrolera podrá aplicar incrementos adicionales.
El objetivo oficial es reducir los subsidios y consolidar el equilibrio fiscal, aunque el efecto inmediato será una mayor presión sobre la inflación y los presupuestos familiares.
Impacto en salarios y jubilaciones
Los salarios quedaron rezagados frente al ritmo de los precios, ya que muchas paritarias fueron firmadas con cláusulas inferiores al 2,5% mensual.
Las jubilaciones, en tanto, recibirán en noviembre un aumento del 2,1%, correspondiente al dato de inflación de septiembre, lo que también implica una pérdida del poder adquisitivo real.
Más emisión y presión cambiaria
Luego del apretón monetario previo a las elecciones, el Banco Central cambió de estrategia y liberó más de $4,5 billones en su última licitación, además de flexibilizar encajes bancarios para aumentar la liquidez.
Esta política expansiva, sumada a la emisión para recomponer reservas, podría mantener la inflación en alza durante noviembre y diciembre, en un contexto donde el Gobierno busca reactivar el consumo sin disparar el dólar.
Perspectivas
Pese a la aceleración de los precios, el presidente Javier Milei mantiene su promesa de que “hacia mediados de 2026 la inflación será cosa del pasado”, aunque ahora postergó ese horizonte hasta agosto del año próximo.
Por ahora, los ajustes de tarifas y la expansión monetaria plantean un escenario complejo para los últimos meses del año, con una inflación que podría superar el 3% mensual si la tendencia se sostiene.





