A mitad de un verano en el que la inmigración está marcando buena parte de la agenda informativa –de la oleada xenófoba en Torre Pacheco donde se alentó a la “caza” de extranjeros a la polémica por el reparto entre comunidades autónomas de los menores no acompañados–, la política migratoria del Gobierno volvió este viernes a recibir un espaldarazo con las cifras de entradas irregulares que recopila el Ministerio del Interior. En los primeros siete meses del año han llegado a España a través de sus costas o vallas fronterizas 20.258 personas, lo que supone un descenso del 30,2% con respecto al mismo periodo del año anterior. Una bajada marcada por la disminución de la frecuencia con la que llegan cayucos al archipiélago canario, aunque las miradas se empiezan a posar ahora en Baleares, donde la ruta argelina inicia un repunte, aunque con cifras absolutas aún a años luz de los récords alcanzados en Canarias durante los años recientes.
]]>