Este 29 de octubre se conmemora el Día Internacional de los Cuidados y el Apoyo, proclamado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2023. La fecha busca visibilizar el rol central del cuidado en las sociedades y su contribución al bienestar, la igualdad de género y el desarrollo sostenible. En ese marco, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) presentaron nuevos datos sobre el impacto laboral de la economía del cuidado en la región.
Según estimaciones conjuntas de ambos organismos, una inversión gradual que alcance el 4,7% del PIB regional en 2035 permitiría generar 31 millones de empleos en 23 países, lo que representaría el 12% de la fuerza laboral proyectada.
Además, se proyecta una reducción de la brecha de género en el mercado laboral, con un aumento en la tasa de ocupación femenina del 52,9% en 2019 al 63,2% en 2035. “Se trata de una inversión elevada, pero con enormes beneficios”, afirmó el Secretario Ejecutivo de la CEPAL, José Manuel Salazar-Xirinachs.
Compromisos regionales y transformación del trabajo de cuidados
En agosto de este año, durante la XVI Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe, los Estados aprobaron el Compromiso de Tlatelolco, que establece una década de acción (2025–2035) para acelerar la igualdad sustantiva de género y consolidar la sociedad del cuidado. El documento reconoce al cuidado como un derecho humano, un bien público global y un trabajo que dinamiza la economía.
La CEPAL destacó que ocho países han aprobado leyes para crear sistemas nacionales de cuidados, mientras que 15 han adoptado licencias de maternidad de al menos 14 semanas y cuatro han implementado licencias parentales remuneradas. Además, 24 países cuentan con mediciones oficiales sobre uso del tiempo y cinco han calculado cuentas satélite del trabajo no remunerado en los hogares.
En la misma línea, la Corte Interamericana de Derechos Humanos marcó un precedente al reconocer el cuidado como un derecho humano autónomo en su Opinión Consultiva 31/2025, subrayando la obligación de los Estados de garantizar su ejercicio mediante políticas públicas, servicios e infraestructura adecuada.
El Compromiso de Tlatelolco también insta a los Estados a fortalecer marcos normativos, programas y sistemas sostenibles de cuidado, con enfoque de género, territorial y de derechos humanos. En consonancia, el Compromiso de Sevilla —aprobado en la Cuarta Conferencia Internacional sobre Financiación para el Desarrollo— llama a aumentar la inversión en la economía del cuidado, reconociendo y redistribuyendo la carga desproporcionada de trabajo doméstico y de cuidados no remunerado que realizan las mujeres.





