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Barcelona
El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña(TSJC) ha anulado el veto que el anterior gobierno de Ada Colau impuso en 2022 al proyecto del museo Hermitage que debía levantarse en la Nueva Bocana del puerto de Barcelona. En una sentencia que fue avanzada por el diario El País y a la que también tuvo acceso La Vanguardia, la sección quinta de lo contencioso administrativo reprocha que la ley no faculta al Ayuntamiento a decidir qué concreto museo puede instalarse en un determinado lugar una vez el planeamiento se lo permite.
“El Ayuntamiento podría haber denegado la modificación del Plan Especial de la Nueva Bocana –por motivos de legalidad y no de oportunidad– o no haber autorizado un uso cultural o de otro tipo en el edificio central del puerto de Barcelona, pero una vez ha valorado que ese uso puede autorizarse, no puede retener la decisión sobre qué equipamiento concreto se puede instalar en ese inmueble”, remarca la sentencia. Y hace una comparativa con el sector turístico recriminando que es cómo si el Ayuntamiento pudiera decidir qué concreto hotel se instala en un determinado terreno con uso hotelero.
La sentencia dictada por la Audiencia de Barcelona estima el recurso del grupo promotor y revoca el anterior fallo del juzgado de lo contencioso número 4 de Barcelona que daba la razón al Ayuntamiento.
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La nueva decisión judicial sin embargo no provocará que se levante el Hermitage puesto que el proyecto fue enterrado por los propios promotores y el contexto con la guerra de Rusia con Ucrania de telón de fondo han cambiado las condiciones para instalar una franquicia de origen ruso en Barcelona. No obstante, sí que puede tener consecuencias respecto a las indemnizaciones. El grupo promotor, –la sociedad está constituida en un 80% por el fondo de inversiones suizo-luxemburgués Varia y en el 20% restante por la firma local Cultural Development–, presentó una reclamación dineraria al Ayuntamiento por valor de 141 millones de euros en concepto de daños emergentes y lucro cesante, es decir, por el dinero que había dejado de ganar como consecuencia del veto municipal al proyecto. Aquella reclamación se cursó por la vía administrativa y hoy en día sigue en el aire. La resolución judicial da más munición a la compañía para afrontar el proceso y exigir una compensación, si bien, fuentes del grupo promotor remarcan que mantienen “el espíritu de encontrar soluciones que no sean judiciales”. Los inversores mostraron este miércoles su satisfacción con la resolución judicial que abona la tesis que siempre habían sostenido de que el Ayuntamiento no tenía potestad para impedir el proyecto y señalan que ahora deben estudiar cuáles son los siguientes pasos.
Por su parte, el Ayuntamiento de Barcelona anunció que presentará un recurso de casación ante el Supremo y la primera teniente de alcalde, Laia Bonet, defiende que el Consistorio tiene toda la legitimidad para tener un rol protagonista en lo que pasa en el puerto porque el puerto también es ciudad” y “ha de poder incidir”. Sin embargo, lamentó que el varapalo judicial es consecuencia de “la manera de tomar las decisiones” del anterior gobierno municipal “y no tanto de las propias decisiones”. “La sentencia es adversa para los intereses de la ciudad” por no haber trabajado desde el consenso, sino desde “la confrontación y la imposición”, censuró.
Por su parte, la exconcejal de urbanismo, Janet Sanz, mostró su sorpresa por la decisión y defendió que “los usos del espacio público los tiene que decidir la ciudad” y que “Barcelona tiene toda la capacidad, tiene la plena potestad para decidir cuáles son aquellas actividades que son mejores por la propia ciudad”.
Los promotores impulsan otros proyectos
La compañía Varia, tras el bloqueo a l’Hermitage, tiene en mente impulsar otros proyectos como un museo inmersivo en L’Hospitalet, que se denominará Factory Museum y que se instalará en la antigua fábrica de Godó i Trias, y otro, junto al fondo de la baronesa Thyssen, en el antiguo cine Comedia para el que han adquirido el edificio. La iniciativa fue presentada el pasado mes de diciembre de forma conjunta por el alcalde, Jaume Collboni y Carmen Cervera. El Hermitage era un proyecto que debía financiarse con capital privado y cuyo diseño corría a cargo del arquitecto japonés Toyo Ito.