Un grupo de activistas planteó una acción de amparo para evitar la desaparición de un inmueble art déco de la calle Herrera y Reissig.

Foto: Darwin Borrelli.
La Justicia pidió este miércoles información al Ministerio de Educación y Cultura sobre el valor patrimonial de losvitrales del edificio ubicado en Julio Herrera y Reissig y Benito Nardone sobre el cual está vigente una medida de protección cautelar dispuesta tras la movilización de la organización Patrimonio Activo que quiere preservar el inmueble. Esta organización presentó un recurso de amparo. Una empresa pretende construir allí un edificio de nueve pisos. Su plan es, si no prospera la acción de amparo, terminar con la demolición de la casa para el 30 de agosto.
Este miércoles se realizó en el Juzgado Letrado de Primera Instancia de 10° Turno una audiencia en el marco de la acción de amparo. Allí el funcionario municipal Alejandro Berro argumentó que la intendencia entiende que ni el inmueble ni la calle en la que se encuentran están protegidos. Los abogados de la empresa dijeron que la firma tiene todos los permisos correspondientes, que pagó las multas para exceder la altura permitida en la zona y que no sabían que el lugar estuviese protegido. Y consideraron que los impulsores de la acción de amparo no estaban actuando de buena fe, que deberían hacerse cargo de los costos del proceso y que no tenían legitimidad para presentarse ante la Justicia que fallará una vez presentados los alegatos finales de las partes.
La abogada de Patrimonio Activo, Valentina Piquinela, planteó que el propio Digesto Municipal afirma que la totalidad de la calle Herrera y Reissig es un área de régimen patrimonial algo con lo que no coincide la intendencia.

Foto: Estefanía Leal/El País.
William Rey, ex presidente de la Comisión de Patrimonio, declaró como testigo y planteó que la cuadra en la que está la casa tiene valor patrimonial y que esta fue construida por el destacado arquitecto Eloy Tejera y merece preservarse.
Los planos de la casa, construida en estilo art déco, son de 1929. Fue encargada por Blas Giffoni y una de las testigos en la audiencia fue, precisamente, Marcela, su nieta. Tenía vitrales creados por Arturo Marchetti, quien también fue el autor de los que están en el Salón de los Pasos Perdidos del Palacio Legislativo. Los mármoles de su fachada fueron en parte ya retirados. Algunos de esos mármoles son poco frecuentes en Montevideo como el Rojo Alicante o el Travertino.

Foto: Estefanía Leal/El País.
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