Correr unos kilómetros al día hace bien al cuerpo y a la mente, porque ayuda a perder los kilos de más, tonifica el cuerpo y es un eficaz antídoto con el estrés típico de tiempos acelerados como los actuales.
Casi la mitad de los runners, es decir quienes corren bastante cada día, sufre de lesiones en la zona de la rodilla.
Aunque benigna, la rodilla del corredor, o síndrome de la banda iliotibial o ITBS (por sus siglas en inglés), causa un dolor persistente y limita el rendimiento. Por eso, a veces, el médico debe realizar un tratamiento específico para calmar el dolor y disminuir la inflamación.
Entre las causas del síndrome figura cometer errores de entrenamiento o utilizar un calzado inadecuado. Aquí, detallamos las causas y, también, damos ideas para evitar esta lesión.

Esta dolencia es provocada principalmente por la inflamación de la banda iliotibial, una estructura fibrosa que va desde la cadera hasta la parte externa de la rodilla, advierte el sitio MedlinePlus.
La banda tiene un papel crucial en la estabilización de la rodilla durante el movimiento, pero cuando se sobrecarga debido a movimientos repetitivos, puede irritarse, lo que lleva a la inflamación y el dolor.
El portal de la Biblioteca Nacional de Medicina (NIH) explica que el síntoma más común es un dolor agudo o punzante en la parte externa de la rodilla, que aparece, en general, después de correr o realizar actividades físicas. El dolor puede intensificarse con el tiempo si no se trata de manera adecuada. “Comuníquese con su médico si el dolor empeora o no mejora en unas semanas”, aconseja NIH.
Otros síntomas son: sensación de rigidez en la rodilla; hinchazón en la zona externa de esa parte de la pierna y dolor al caminar cuesta arriba o al bajar escaleras.
Las causas del ITBS son diversas, pero la principal está relacionada con el esfuerzo excesivo que hace la rodilla durante actividades que implican correr largas distancias, especialmente en superficies duras o irregulares.
Sin embargo, no solo los runners están en riesgo. Los ciclistas, los jugadores de fútbol y otros atletas que repiten constantemente el mismo movimiento de flexión y extensión de la pierna también pueden desarrollar esta condición.
Los expertos coinciden en las principales causas de esta inflamación. Entre ellas, destacan una mala postura al correr o una técnica deficiente, que puede generar un estrés adicional en la banda iliotibial. También, el debilitamiento de los músculos de la cadera, glúteos o muslos que puede contribuir a una sobrecarga en la rodilla, describe un artículo del centro médico académico Brigham and Women´s Hospital, de Boston, Estados Unidos.

El exceso de entrenamiento, es decir, aumentar repentinamente la intensidad o la distancia sin una adaptación progresiva puede desencadenar la lesión. Incluso el uso de calzado que no ofrece el soporte adecuado puede afectar la biomecánica del pie y la pierna y provocar dolor en la rodilla, advierten.
Por eso, la prevención comienza con una correcta preparación física y técnica. Los runners deben asegurarse de realizar un calentamiento adecuado antes de la actividad física, además de incorporar ejercicios de estiramiento y fortalecimiento muscular. En cuanto a las personas que recién comienzan a hacer ejercicio, el centro Brigham recomienda “hacerlo con lentitud y aumentar gradualmente la actividad”.
Los especialistas indican que algunos ejercicios específicos para los glúteos, los isquiotibiales y la cadera pueden mejorar la estabilidad y reducir la presión sobre la banda iliotibial. Además, es fundamental “escuchar al cuerpo” y evitar sobrecargarlo. Incrementar gradualmente la intensidad del entrenamiento y permitir tiempos adecuados de descanso.
En cuanto al tratamiento, la fisioterapia juega un papel crucial. Los ejercicios de estiramiento y fortalecimiento, combinados con técnicas de terapia manual y masajes, pueden ser efectivos para reducir el dolor y mejorar la movilidad de la rodilla. En casos más graves, pueden recetarse medicamentos antiinflamatorios y, en situaciones extremas, una intervención quirúrgica.