El cerebro utiliza la melatonina también para protegerse del estrés oxidativo y la inflamación, dos factores clave asociados con trastornos neurológicos y emocionales

Foto: Freepik
El Tiempo / GDA por Donato del Blanco
La melatonina, una hormona producida naturalmente por la glándula pineal en el cerebro, es más conocida por su rol en la regulación del sueño. Sin embargo, su impacto en la salud mental y el bienestar va más allá de la conciliación del sueño.
Según explicó el portal de salud Medical News Today, la producción de melatonina aumenta en la oscuridad y disminuye con la luz, lo que ayuda a preparar al cuerpo para el sueño. Pero además de esa función, también tiene efectos en el cerebro, por lo que contribuye a la regulación emocional y la respuesta al estrés.
El cerebro utiliza la melatonina también para protegerse del estrés oxidativo y la inflamación, dos factores clave asociados con trastornos neurológicos y emocionales.
Desde el medio citado remarcaron que la ansiedad es uno de los trastornos mentales más comunes, y muchos estudios comenzaron a explorar el vínculo entre la melatonina y su capacidad para reducir los síntomas de ansiedad. Si bien las investigaciones aún están en sus primeras etapas, algunos estudios afirman que esto es posible.

Una revisión de 2020 reveló que la administración de melatonina puede reducir la ansiedad preoperatoria y la ansiedad postoperatoria inmediata en pacientes sometidos a procedimientos quirúrgicos. Además, investigaciones anteriores sugieren que puede tener un efecto positivo en la relacionada con afecciones médicas graves, como el síndrome coronario agudo.
Si bien no existen estudios concluyentes sobre la eficacia de la melatonina para tratar la ansiedad generalizada, algunos expertos sugieren que su uso podría ser una opción complementaria, especialmente cuando los trastornos del sueño son un factor que agrava la ansiedad.

¿Cómo utilizar la melatonina de forma eficaz?
La melatonina está disponible en diversas formas, como tabletas orales, parches transdérmicos y supositorios rectales. La dosis adecuada varía según el individuo y el objetivo, pero generalmente se recomienda tomar entre 0.1 a 10 miligramos aproximadamente 1-2 horas antes de acostarse para mejorar el sueño.
Para asegurar la calidad y seguridad de los suplementos, se recomienda elegir productos aprobados por la Farmacopea de Estados Unidos (USP, por sus siglas en inglés), que garantiza que los suplementos cumplen con ciertos estándares de calidad.
De todos modos, siempre es importante consultar al médico antes de decidir la ingesta de una nueva sustancia o medicamento.
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