Siete millones de venezolanos se encuentran distribuídos en América Latina y el Caribe en un exilio forzado por la dictadura que Nicolás Maduro lleva adelante en Venezuela. Ese número dio origen a un mercado de consumidores que concentra alrededor de 10.500 millones de dólares, acorde a un informe elaborado por la consultora Equilibrium en Washington, Estados Unidos.
Si bien el 41% de los venezolanos que radican en la actualidad en ocho países de la región: Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Panamá, Perú y República Dominicana, no cuenta con servicios financieros, su inserción en el mercado laboral cambió las perspectivas de cada una de esas naciones.
«La mayor parte de ese consumo se realiza en el país de acogida, en torno a un tercio para el hospedaje, un 25% para comida y cerca de un 10% para educación y salud», precisó David Licheri, director de Equilibrium, una consultora con sede en Lima, la capital de Perú.
El especialista afirmó que las remesas no constituyen una parte significativa de los ingresos de los inmigrantes, debido a que, en los lugares en los que viven hoy no cobran salarios mucho más elevados que los que percibían en el país caribeño.
Sin embargo, para aquellos que residen en Estados Unidos o Europa la situación es distinta, ya que, los sueldos les permiten enviar más dinero a sus familias en comparación a los venezolanos que están en América Latina.
Por ejemplo, al centrarse en la región, el informe detalló que la contribución de los exiliados del país latinoamericano se ubica entre el 1,91% en Colombia y el 0,32% en Costa Rica respecto a los ingresos fiscales en esas naciones.
En Colombia un venezolano que tiene un contrato legal puede ingresar una media de 427 dólares; en el sector informal no supera los 100.
En Chile puede cobrar 958 dólares como media mensual; si trabaja en el sector informal, la cifra se reduce a la mitad: 495 dólares.
Alrededor del 82% de los venezolanos pertenece a la economía informal en esos países. Cuando consiguen a un empleo formal, su contribución per cápita aumenta de manera importante. Tal es el caso de Perú donde un venezolano que trabaja en el circuito formal aportaba cada año al Estado 133 dólares en 2021 y 358 dólares en 2024.





