El muy desconocido pasaje Magarola transcurre su vida con extrema discreción, solo perturbada por la esporádica presencia de un algún intruso que penetra en la soledad de una calle que se esconde tras una gran puerta enrejada de hierro tras teclear una combinación de cuatro números. Es solo entonces cuando uno puede descubrir los secretos de este pasaje que arranca en el número 13 de Portaferrisa, como una virgen de Montserrat medieval.

El actual pasaje se originó tras el derribo de la capilla
Xavi Casinos
Pocos se percatan de la presencia de este pasaje mientras recorren la concurrida calle Portaferrissa. La gran mayoría desconocen incluso que el edificio tras el que transcurre el pasaje Magarola es un palacio del siglo XVIII del mismo nombre que ha tenido varias reformas en sus tres siglos de vida.

El pasaje que arranca en el número 13 de Portaferrisa
Xavi Casinos
Quien logra acceder al pasaje tras teclear la contraseña descubre a los pocos metros una puerta a la izquierda con un relieve barroco en su frontón semicircular que representa a la virgen de Montserrat entre las montañas y flanqueada por dos ángeles. Es lo que queda del edificio del siglo XV anterior al palacio y que fue la primera procura o casa dependiente del monasterio benedictino. El relieve es del siglo XVI y la puerta daba acceso a la una capilla dedicada a la Moreneta.

El edificio tras el que transcurre el pasaje Magarola es un palacio del siglo XVIII
Xavi Casinos
Cuando la procura quedó pequeña, se trasladó a la calle Vidreria, en la Ribera, y el edificio de Portaferrissa pasó a los carmelitas, hasta que lo adquirió a principios del siglo XVIII la familia Magarola, condes de Quadrells, para convertirlo en su palacio residencial. El escudo de los Magarola se mantiene sobre el arco de la antigua entrada del palacio, la que hoy custodia la reja del número 13. El actual pasaje se originó tras el derribo de la capilla. Solo la vieja puerta se salvó y, desde entonces, permanece en su nuevo lugar.

El palacio pasó a ser residencia de los Magarola a partir de 1772
Xavi Casinos
El palacio pasó a ser residencia de los Magarola a partir de 1772. El edificio había quedado muy dañado como consecuencia de los bombardeos sobre Barcelona durante el sitio de la Guerra de Sucesión. Desde entonces, ahí está, desapercibido, el pasaje, que tiene otra salida cerrada por la vecina calle del Bot.