A cargo de la producción de uno de los pesos pesados de la fruticultura de Neuquén está Cristina Cervi. Desde que se graduó como ingeniera agrónoma en 1998, lidera la producción primaria de la firma Mario Cervi e Hijos SA. Su foco y su orgullo radica en mejorar en calidad.
Fruticultura en la Patagonia: entrevista con Cristina Cervi
PREGUNTA: ¿Cuál es la historia de la empresa?
RESPUESTA: La empresa la inició mi abuelo, Mario Cervi. Él vino de Italia, vivió en la casa de unos familiares que ya estaban establecidos y le consiguieron un trabajo en La Mayorina, en Cipolletti, donde empezó a trabajar como peón. Después de unos años, el dueño le ofreció el puesto de capataz y en 1936 le dio unas tierras dentro del establecimiento para que las produjera él e iban a medias. Todo eso fue en Cipolletti. Después de un tiempo pudo comprar la primera chacra, en Neuquén, en el mismo lugar donde hoy funciona la planta de empaque de la firma. La empresa inició cuando se empezó a plantar. Como el tiempo para la entrada en producción de los frutales era muy largo, entre las filas se hacían verduras e incluso flores, que se vendían en la zona. Después se compró otra chacra, y nos hicimos socios de la Cooperativa Agraria de Cipolletti, para procesar la fruta. Y en 1969 se construyó la primera planta de empaque, y en 1971 se constituyó la empresa, ya estaban mi papá y mi tío, Serafín y José Mario Cervi.
P: ¿Cómo lo recordás a tu abuelo?
R: Todo el tiempo trabajando, en la camioneta recorriendo las chacras, siempre pensando en hacer cosas nuevas. Eso se refleja en mi trabajo acá: en mirar permanentemente las plantas, viendo cómo se puede mejorar y qué se puede hacer. Tanto de mi abuelo como de mi papá aprendí siempre a llegar antes que el resto e irme la última. No había sábado ni domingo, en mi casa sonaba el teléfono y había que salir. Y hoy estoy siempre con el teléfono en la mano. Pero es algo lindo, me gusta, no es un sacrificio. Agradezco poder hacer lo que me gusta, no me imagino haciendo otra cosa, disfruto ir a las chacras todos los días. Cada época tiene algo bueno. Cuando empieza la primavera y la floración, se renuevan las esperanzas. Cuando me preguntan cuál fue la mejor temporada, les respondo: “ojalá que la próxima temporada”.

P: ¿Cuál es la actualidad de la empresa?
R: Cerramos una buena temporada en lo productivo, y ahora estamos trabajando en la siguiente, preparándonos para la defensa de heladas. En total son 1.150 hectáreas en producción de frutas, la mayor parte está en la zona de San Patricio del Chañar y Tratayén, tenemos una superficie interesante en Senillosa y también en Las Perlas, Cipolletti, Cinco Saltos, Fernández Oro y Guerrico. El grueso de la producción está en la provincia de Neuquén, y tomamos agua para riego tanto del río Neuquén como del Limay. Alrededor del 58% de las hectáreas están con manzanas, les siguen las peras y finalmente las frutas de carozo, que llegaron para diversificar y porque nos permiten tener un ingreso de fondos más temprano. El 50% de la producción se exporta.
P: Además de frutas de carozo, se incorporó ganadería a la empresa, ¿correcto?
R: Correcto. Arrancamos en 2012. Teníamos unas tierras en blanco frente a una chacra en producción, y se empezó con alfalfa primero para mejorar el suelo. Se alcanzaron a plantar dos cuadros de manzana ahí, porque la idea era seguir con frutas. Resulta que un año hubo una jornada de maíz en Añelo que nos llevó a preguntarnos: “¿por qué no hacemos maíz?”. Así que hacíamos maíz, hacíamos alfalfa, y la siguiente pregunta fue: “¿por qué no convertirlo en carne?”. Se hicieron los corrales y se arrancó con la ganadería en Tratayén, que hoy es el corazón de Vaca Muerta. Hacemos recría y terminación en feedlot y tenemos 130 hectáreas destinadas a producir alimento. Fue un lindo desafío, tuvimos que volver a agarrar los libros, porque estudiamos en Cinco Saltos y en la orientación en fruticultura. Me gusta cualquier tipo de producción, aprender e investigar, empezar e ir mejorando los rendimientos, los manejos, conocer las maquinarias. Estar todo el día al aire libre para mí no tiene precio.

P: ¿A qué apunta la firma?
R: Buscamos tener un buen rendimiento pero en lo que más nos enfocamos es la calidad y homogeneidad. Tenemos la marca consolidada en el mercado, hemos trabajado mucho para eso. Cosechamos lo que realmente sirve para procesar. El punto de cosecha es clave, nuestra fruta llega bien, con sabor al mercado. Y queremos seguir incorporando tecnología para mejorar, pero manteniendo las cosas que se hacen bien desde siempre. En cada chacra tenemos encargados, algunos desde hace muchos años, y cuando hay que hacer algo solemos pedirles su opinión. Se trata de escuchar, sobre todo a la gente con más experiencia. Destaco el equipo que tenemos, sin la gente no se puede hacer nada.
PERFIL
Cristina Cervi
- Se graduó como ingeniera agrónoma por la Universidad Nacional del Comahue (UNCo) en 1998.
- Pertenece a la tercera generación de la empresa familiar Mario Cervi e Hijos. Allí, es responsable de la producción primaria, coordinando el grupo de ingenieros que está en las chacras.
- Está a cargo de 1.150 hectáreas de frutales en una firma que emplea a 1.300 personas en temporada.
- Su abuela, Leonela, fue la primera mujer importante de la empresa. Cristina la ayudaba en la huerta y el jardín, lo que la inspiró a elegir la carrera que tanto ama.