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lunes, octubre 20, 2025

“La Nación se queda con lo que aportan los misioneros y no vuelve en obras”

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En un contexto nacional marcado por el ajuste fiscal y la concentración de recursos en el centro del país, el gobernador de Misiones, Hugo Passalacqua, defendió el modelo provincial de administración ordenada y el federalismo activo. Durante una entrevista en la FM 89.3 Santa María de las Misiones, analizó los desafíos de gobernar sin apoyo nacional, reivindicó el rol del Estado provincial en salud, educación e infraestructura, y apuntó contra el incumplimiento de las obligaciones de la Nación.

El mandatario reafirmó la identidad política del misionerismo como una respuesta concreta al centralismo. “Somos una provincia que avanza por lo propio”, dijo, al destacar la importancia de sostener una agenda provincial frente a decisiones tomadas desde Buenos Aires. Además, se refirió a la necesidad de empoderar a las provincias en el Congreso, a la gestión de obras demoradas por la Nación y al sentimiento colectivo que -según él- sostiene el desarrollo misionero: el trabajo y el amor por lo propio.

¿Qué piden los misioneros?

Puede ser una pregunta recurrente, creo que los misioneros tienen las mismas necesidades de siempre. Misiones es un mundo de diversidad: el sur no es el norte, el Alto Uruguay es diferente, y todo depende de si hablamos de la chacra o de la ciudad. En algunos lugares falta agua, en otros patrulleros o ampliaciones hospitalarias. Las necesidades existen siempre, no porque estemos en un momento preelectoral las demandas se agudizan.

Usted habló de la ausencia de la gestión nacional. ¿Se resiente la gestión provincial?

Muchísimo. La ausencia y la lentitud de la Nación para brindar soluciones se notan mucho. De todo lo que cada misionero compra, el 21% es IVA que va a la Nación, y eso no vuelve. Misiones no tiene déficit: somos serios, prudentes con el manejo de los recursos. Estamos de acuerdo que la Nación trate de lograr su equilibrio fiscal, pero hacerlo con plata de las provincias no está bien, porque afecta la vida cotidiana de la gente. En materia de infraestructura, por ejemplo, cada kilómetro de asfalto cuesta un millón de dólares. Si la Nación no acompaña, es imposible. No estamos limosneando ni pidiendo favores: no somos mendicantes, pedimos lo que le corresponde a la gente.

¿Qué áreas quedaron más descubiertas?

Cada vez que la Nación se ausenta, quedan huecos en la gestión. En salud se cayeron programas sanitarios y educativos, también los vinculados a discapacidad, celiaquía y tratamientos oncológicos. Lo mismo pasa con los fondos para vialidad: se cobran impuestos a los combustibles que deberían ir a las rutas nacionales, pero esa plata no llega. Y sin rutas no hay progreso, porque la ruta es producción, trabajo, turismo, educación.

¿Cómo es el diálogo con la Casa Rosada? ¿difícil?

No creo que sean malas personas, simplemente piensan distinto. A veces las diferencias no son de intenciones, sino de concepción. Cuando decía que gobernabilidad se paga con gobernabilidad, me refería a eso: en tiempos de Macri colaboramos porque así la gente votó. Ayudar no es dar palabras de aliento, sino herramientas concretas para mejorar la vida de las personas. Si se falla ahí, la vida de la gente se vuelve más compleja. Y eso está ocurriendo ahora. Nadie quiere que suba la inflación, pero hay que saber compensar y cuidar el costo social.

Las encuestas muestran mayor gravitación de partidos provinciales. ¿Por qué?

Cada provincia es una realidad, pero los partidos provinciales tienen una gran ventaja: podemos desarrollar políticas propias sin depender del Gobierno nacional. En Misiones tomamos una decisión colectiva de ir por un camino provincialista, que llamamos misionerismo. Es una forma de gestión muy federal, muy nuestra, con una agenda marcada por la gente. No queremos que desde Buenos Aires nos digan lo que tenemos que hacer; Buenos Aires siempre fue muy egoísta.

Usted suele remitirse a la historia: federales y unitarios. ¿Qué enseña ese espejo?

Siempre recuerdo a Artigas, cuando decía que Buenos Aires da amarguras. Eso fue hace más de dos siglos, y sin embargo se repite. Ante eso no hay que bajar los brazos, hay que empoderarse, levantar la cabeza y ser aún más federales en la práctica. Nuestra Constitución dice que somos una república federal, pero en los hechos muchos gobiernos terminan siendo unitarios. Este es uno de los más centralistas, no por maldad, sino por una concepción de refugiarse en Buenos Aires y no entender lo que pasa en el país. Nosotros queremos hacernos valer desde una mirada provincialista y misionerista. Por eso peleamos por temas como el INYM y seguimos luchando.

La EBY y las tierras costeras: usted intimó la transferencia.

Venció el plazo que dimos. Hay una ley provincial que dice claramente que los terrenos expropiados por la Entidad Binacional Yacyretá que no tengan uso deben ser transferidos a la provincia, es decir, al pueblo de Misiones, para uso público. Yo lo que hago es cumplir con esa ley, con todo respeto y cariño a la gente de la EBY. Pedimos que retrotraigan la medida, no que la suspendan, porque una suspensión puede caerse en cualquier momento. Queremos darle seguridad a las familias y clubes que están allí, sobre todo los del remo, y que esos espacios pasen a ser públicos, para el disfrute de todos los misioneros.

¿La gente engañada en 2023?

No creo que haya habido engaño. La gente votó con la mejor intención, buscando un cambio. Prefiero quedarme con nuestra responsabilidad de seguir construyendo desde el provincialismo, con ideas propias y conociendo la realidad del misionero.

¿Cuáles son las banderas del misionerismo?

El respeto a nuestra historia, nuestras raíces, nuestras tradiciones y, sobre todo, a lo que la gente manda. No queremos que nos impongan desde Buenos Aires lo que hay que hacer. Misiones eligió construir un camino distinto al de los partidos nacionales, que hoy están vaciados de contenido. En muchos países federales -como Brasil, México o Estados Unidos- los estados son fuertes y tienen poder. Ojalá Argentina evolucione hacia ese modelo. Estoy en contra de la idea de un IVA provincial, porque beneficiaría a las grandes provincias. Las más pequeñas necesitamos de una Nación fuerte que actúe como fondo solidario para grandes obras: puentes, rutas, hospitales. Hoy eso no está ocurriendo.

Proyección 2026–2027: ¿qué esperar?

Estoy convencido de la fuerza y la estirpe del pueblo misionero. Somos la provincia que más crece en el norte, la que más consumo eléctrico tiene, y eso muestra movimiento y desarrollo. Tenemos un pueblo trabajador, cooperativo y orgulloso de lo propio. Esa identidad es la que nos permite avanzar incluso en tiempos difíciles.

Un mensaje al ciudadano…

Misiones es muy particular, desde la familia del monte hasta el profesional de la ciudad. A todos les digo que hay que votar a lo propio, a lo misionero, a nuestras necesidades y a nuestra historia. Ese voto tiene un nombre y una persona que nos representa: Oscar Herrera Ahuad. Yo invito a los misioneros, con el corazón, a que lo acompañen, porque su presencia en el Congreso va a ser de gran ayuda para todos.

Redacción

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