La NASA monitorea una extraña anomalía en el campo magnético de nuestro planeta Tierra.
La Anomalía del Atlántico Sur (AAS) fue detectada originalmente en 1958 pero cada vez preocupa más a los científicos de la Agencia Espacial debido a su expansión constante y los posibles efectos directos que podría tener sobre nuestra vida y los artefactos electrónicos que empleamos.
Si bien la AAS está siendo estudiada desde ese momento debido a sus particularidades y su posible relación con procesos geodinámicos y geofísicos, ahora se reveló que incrementó su debilidad en Sudamérica durante los últimos cuatro años, con un crecimiento del 7 por ciento.
En esta línea, tanto la NASA como la Agencia Nacional de Inteligencia Geoespacial (NGA) de EE.UU y el Centro Geográfico de Defensa (DGC) del Reino Unido confirmaron esta creciente actividad de la falla.
Qué es el campo magnético de la Tierra, cuál es la falla y cómo nos afecta
El campo magnético de la Tierra funciona como un escudo destinado a frenar el viento solar, que arrastra partículas cargadas y radiación.
La falla que investigan los expertos abarca una gran región en la que se detectó menor intensidad magnética, que se extiende entre América del Sur y el suroeste de África.

A pesar de la gran cantidad de información que se ha recopilado en los últimos años, el origen de la AAS y sus consecuencias exactas aún son un misterio.
La NASA confirmó en 2016 que la Anomalía del Atlántico Sur se desplaza lentamente y experimenta cambios, incluida su división en dos partes distintas, aunque todavía no han podido entender por qué.
En este sentido, lo que sí se sabe es que la AAS es un fenómeno que se encuentra en constante desarrollo, que ha intrigado y preocupado a los científicos durante años. Y en especial a los de la NASA, destaca un artículo de Science Alert.
Sucede que los satélites y naves espaciales de la agencia espacial son particularmente vulnerables a la debilitada fuerza del campo magnético dentro de la anomalía y a la consiguiente exposición a partículas cargadas del Sol.
Según publica el medio especializado, la NASA compara a la AAS Con una «abolladura» en el campo magnético de la Tierra o una especie de «bache en el espacio» que en general no afecta nuestra vida.
Pero, por el contrario, sí tiene impacto negativo sobre las naves espaciales orbitales (incluida la Estación Espacial Internacional), que pasan directamente a través de la anomalía mientras giran alrededor del planeta a altitudes de órbita terrestre baja.
Durante estos encuentros, la reducida intensidad del campo magnético dentro de la anomalía significa que los sistemas tecnológicos a bordo de los satélites pueden sufrir cortocircuitos y funcionar mal si son alcanzados por protones de alta energía que emanan del Sol, describe la nota mencionada.
¿Y qué generaría esta situación? En general, sólo se producen fallas de bajo nivel, pero esto puede implicar la pérdida significativa de datos o incluso daños permanentes a componentes clave.
Entonces, esta situación obliga a los operadores de satélites a apagar rutinariamente los sistemas de las naves espaciales antes de que entren en la zona de anomalías.

Por qué la NASA estudia la Anomalía del Atlántico Sur
Uno de los objetivos por los que la NASA monitorea la AAS es reducir al máximo esos riesgos en el espacio. Otro, es que el misterio de la anomalía representa una gran oportunidad para investigar un fenómeno complejo y difícil de entender.
En esta línea, los grupos de investigación de la Agencia Espacial están excepcionalmente bien equipados para estudiar el suceso, revela Science Alert.
Entre todos los estudios que se han realizado, el último publicado, de 2024, descubrió que la AAS también impacta en las auroras observadas en la Tierra .
Si bien aún quedan muchas preguntas por responder sobre esta enorme rareza magnética, es bueno saber que la NASA la está observando tan de cerca.
Fuente: Science Alert