Después de años de éxito como referente de la gastronomía en la televisión argentina, Donato De Santis decidió volver a sus raíces. Con un cuchillo, un maletín y muchas ganas, el chef emprendió un viaje que lo devolvió al corazón de la cocina profesional. A través de TikTok, reveló que comenzó a trabajar de incógnito en un restaurante de tres estrellas Michelin en Francia, donde asegura que nadie sabe quién es.

“Estoy solo, con mi maletín y las ganas intactas”, escribió en su primer posteo. “Me metí de incógnito en un restaurante de tres estrellas Michelin. Nadie sabe quién soy, nadie me conoce. Y eso… se siente liberador”. En el video se lo ve entusiasmado, aunque con el rostro visiblemente agotado tras la primera jornada.
Lejos del glamour que suele asociarse a su figura pública, Donato apostó por un regreso a la esencia: “Después de tantos años, necesitaba volver a lo esencial: transpirar, correr, equivocarme, oler a cocina. Sentir esa adrenalina del primer día”.

Según contó, su objetivo es reconectar con la pasión que lo llevó a convertirse en uno de los chefs más reconocidos de la región. “Sentí la urgencia de reconectar con esta adrenalina del comienzo, la emoción de descubrir nuevos ingredientes, de vivir el ritmo intenso de una cocina”.
Sin embargo, el arranque no fue fácil. En un segundo video publicado desde Niza, donde transcurre la experiencia, compartió los obstáculos que enfrentó incluso antes de llegar al restaurante: “Menisco medio roto, la valija quedó varada en Roma, ansiedad nivel ataque de caspa… y mañana arranca la aventura”.
Donato perdió su valija en el vuelo y se quedó sin ropa ni sus herramientas de cocina. “No tengo ropa, pero tengo mi cuchillo. Así que voy con lo puesto —misma remera, mismo calzón, firme como soldado”, relató con humor. “Ya caminé más de una hora y media. No desayuné. Me está agarrando el hambre. Me clavo un mochi y seguimos”.

La experiencia, lejos de desanimarlo, parece haberlo revitalizado. “Hoy terminé agotado, todo transpirado, oloroso… y sin embargo, tengo más ganas que nunca de volver mañana”, expresó con emoción.
Con esta movida, De Santis demuestra que el verdadero amor por la cocina no se apaga con los años ni con la fama. “Esto no es glam. Esto es real. Esto es ser cocinero”, concluyó.
En un tiempo donde las redes sociales muchas veces muestran solo el lado perfecto de las cosas, Donato eligió mostrarse vulnerable, apasionado y auténtico. Y así, desde una cocina anónima en Francia, vuelve a inspirar a miles que lo siguen con admiración.