La reforma cambiaria de Argentina y el nuevo programa del FMI ofrecen un camino más claro hacia la acumulación de reservas y una posible recuperación del acceso al mercado, lo que podría mejorar la calificación crediticia «CCC» de la deuda soberana, según Fitch Ratings. Una mayor flexibilidad cambiaria solo debería retrasar temporalmente la recuperación económica y la desinflación de Argentina, y las autoridades están ahora mejor posicionadas para gestionar esta transición que en el pasado.
El 11 de abril, el FMI aprobó un nuevo programa del Servicio Ampliado del Fondo (SAF) de 20.000 millones de dólares a 48 meses para Argentina. El SAF contemplará un desembolso inmediato de 12.000 millones de dólares y debería atraer financiación de otros bancos multilaterales. El paquete de financiación está excepcionalmente concentrado al principio de la temporada, lo que fue posible gracias a una corrección crucial del programa de estabilización económica del presidente Javier Milei.
El programa de Milei tuvo éxito el año pasado, con un superávit fiscal primario del 1,8% del PIB, lo que permitió poner fin al financiamiento monetario del banco central (BCRA). Sin embargo, según Fitch, su dependencia de un tipo de cambio fijo de lenta evolución, los controles de capital y la represión financiera para reducir la inflación y los desequilibrios monetarios, aunque inicialmente eficaz, provocó la sobrevaluación del peso argentino.
El estado de las reservas internacionales de Argentina
Las modestas ganancias de las reservas internacionales del BCRA en 2024 dieron paso a pérdidas en 2025, a medida que se revertían las operaciones de carry trade. Para marzo de 2025, las reservas cayeron a 24.000 millones y las reservas netas a 7.000 millones negativos (después del swap con China, el encaje legal y los repos), prácticamente sin cambios desde diciembre de 2023, cuando Milei asumió el cargo.
Las medidas de levantamiento de los controles de cambio
Las autoridades han dejado flotar el peso dentro de una banda de 1.000 a 1.400 pesos frente al dólar estadounidense, que se ampliará gradualmente. El BCRA puede comprar o vender dentro de la banda cambiaria para gestionar la volatilidad cambiaria, pero debe realizar compras netas para alcanzar los objetivos de acumulación de reservas. Se puso fin al esquema de «mezcla de dólares» que obligaba a los exportadores a vender una parte de sus ingresos cambiarios en mercados paralelos, lo que redirigirá más divisas al mercado oficial.
El BCRA solo mantendrá algunas restricciones para reducir gradualmente algunos remanentes de demanda reprimida de divisas, como los dividendos corporativos.
El nuevo régimen cambiario conlleva algunos riesgos, lo que probablemente explica la lentitud de las autoridades en su adopción. Según la calificadora, «implica una devaluación inicial del peso que elevará temporalmente la inflación, que ya había repuntado al 3,7% intermensual en marzo”.
Los expertos de Fitch recuerdan que las experiencias previas de Argentina con la flexibilidad cambiaria han supuesto oscilaciones pronunciadas que han sido difíciles de gestionar. Un contexto global incierto en medio de la guerra comercial entre Estados Unidos y China, la caída de los precios de las materias primas y la proximidad de las elecciones de mitad de mandato en octubre de 2025 crean el potencial para este tipo de volatilidad.
“Sin embargo, la notable mejora de las condiciones fiscales y monetarias, y el aumento de las reservas del BCRA tras el desembolso del EFF, podrían ayudar a las autoridades a gestionar dicha volatilidad. La reacción inicial del mercado ha sido positiva: el peso se depreció solo un 10% hasta la mitad de la banda cuando entró en vigor el nuevo régimen y se apreció ligeramente en los días siguientes hasta 1.179/USD, lo que sugiere que la mayor demanda de divisas tras la eliminación de los controles no ha superado la oferta de divisas”, dice el informe.
Desafíos y vencimientos
Los pagos anuales de bonos en dólares (intereses y capital) totalizan 8.600 millones de dólares en 2025 (la mitad de los cuales se pagaron en enero y el resto en julio) y superarán los 11.000 millones de dólares en los próximos años.
Fitch considera una mejora de la calificación crediticia de Argentina dependerá de nuestra confianza en la futura acumulación de reservas internacionales y la recuperación del acceso al mercado, ambos necesarios para afrontar con comodidad estos pagos de bonos. Esperamos que el nuevo régimen cambiario y el SAF mejoren las condiciones para la acumulación de reservas. También podrían mejorar el acceso al mercado, aunque esto podría depender del resultado de las elecciones intermedias y de la señal que transmita sobre el respaldo y la durabilidad de la nueva orientación política.