Ubicada en la calle Conde al 5.600, González Catán, la Obra del Padre Mario hace muchísimos años brinda contención espiritual y formación educativa a cientos de chicos, adolescentes y adultos del sur del Partido. Sin embargo, el complejo contexto económico que atraviesa al país, lamentablemente, también golpeó a la histórica institución. En este contexto, piden colaboración a la comunidad para seguir adelante con sus proyectos, sobre todo los vinculados al deporte y educación que se dictan extraescolarmente (por fuera de los niveles inicial, primario y secundario) en el Centro Educativo La Huella, nacido en 2003.
El1 recorrió La Huella y habló con referentes de la Obra del Padre Mario. “Más que nunca, la obra pide a todos aquellos que puedan sumarse que ingresen a nuestra web y busquen la forma de colaborar; ya sea de manera mensual como anual para que estos programas, que tanto beneficios dan a la comunidad, a más de 400 chicos que asisten, puedan continuar como lo vienen haciendo hace más de 20 años”, instó Matías Roldán, director de desarrollo de fondos de la Obra del Padre Mario.
El Centro Educativo la Huella, los programas de Padrinazgo, el dictado de oficios, la enseñanza educativo formal en diversos nivele, espacios de deporte y contención son algunos de los tantos proyectos que se llevan adelante en el Padre Mario.
Seguir con el legado del Padre Mario y la ayuda a la comunidad
“Nuestros proyectos apuntan al desarrollo de las personas y a brindar oportunidades reales. Sobre todo a aquellas familias que se encuentran en mayor estado de vulnerabilidad. El programa de padrinazgo, por ejemplo, le permite a los colaboradores seguir la trayectoria de quienes están ayudando. También, tenemos un centro educativo (La Huella) que propone actividades en contraturno a la escuela para fortalecer la educación y poder acompañar los respectivos proyectos. Todas estas actividades son gratuitas; por eso dependen de la colaboración y el aporte de muchas personas y empresas para que nos ayuden a sostener todos estos espacios y a brindar oportunidades a quienes lo necesitan”, marcó Cintia Petrarca, directora del área comunidad de la Obra.
Por su parte, Emmanuel Acosta, director del Centro Educativo La Huella, añadió: “Este es un proyecto integral. Acompañamos toda la trayectoria escolar de los chicos desde que empiezan primer año, con seis años, hasta que terminen el secundario”.
En La Huella, maestras de nivel inicial, de primaria, profesores de educación física y psicopedagogos trabajan en doble turno extraescolarmente para dictar apoyo escolar, ping pong, cocina para los adolescentes, dibujo, música y arte y ciencia, entre otras materias y campos del saber.
Por último, Laura Brest, trabajadora social de la institución, contó el trabajo diario que realizan: “Este es un espacio de contención diferente, para que los chicos se sientan acompañados. Tratamos de fortalecer los lazos, los vínculos en la crianza y que las familias puedan salir adelante. Son familias de bajo recursos que viven en los barrios linderos: La Justina, Los Ceibos, González Catán, Virrey del Pino”.
“Estos proyectos que se desarrollan intentan ser una oportunidad real para las familias de mayor vulnerabilidad y para los niños que participan porque realmente para ellos es gratuito, pero depende exclusivamente de la colaboración de muchos donantes, personas; empresas; organizaciones que se suman y nos acompañan hacer posible este sueño de brindar oportunidades reales a niños, jóvenes y familias de la comunidad”, cerró Cintia Petrarca.
Para colaborar con la Obra del Padre Mario se pueden ingresar al siguiente link.