
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) publicó un nuevo informe en el que destaca la urgencia de modernizar la logística en América Latina a través de inversiones estratégicas, mejoras en la infraestructura de transporte y, especialmente, una fuerte digitalización de los procesos aduaneros y fronterizos. La entidad advierte que los elevados costos logísticos siguen siendo un freno estructural para la competitividad regional y que avanzar en una agenda logística moderna es clave para el desarrollo económico.
Uno de los puntos centrales del documento es el llamado a agilizar y simplificar los trámites de comercio exterior. Según la OCDE, los procedimientos burocráticos y la falta de interoperabilidad entre agencias públicas son cuellos de botella que encarecen el comercio, generan demoras innecesarias y desincentivan la integración regional. En un contexto global marcado por la incertidumbre y la disrupción de las cadenas de suministro, contar con procesos aduaneros eficientes y digitales es más urgente que nunca.
“La facilitación del comercio no solo reduce costos, sino que también incrementa la transparencia, la previsibilidad y la seguridad en los flujos logísticos”, afirma el informe. En ese sentido, la digitalización de trámites fronterizos, el uso de ventanillas únicas electrónicas y la coordinación interinstitucional son herramientas clave para dinamizar el comercio y reducir tiempos de tránsito.
Además, la OCDE señala que la infraestructura física —puertos, aeropuertos, rutas, ferrocarriles y pasos fronterizos— requiere mejoras sostenidas, tanto en mantenimiento como en expansión. La región arrastra un déficit histórico en inversiones logísticas, lo que limita su capacidad de integrarse a cadenas de valor globales y aprovechar oportunidades comerciales. La inversión pública, en este caso, cumple un rol central: “La infraestructura de calidad es un impulsor del desarrollo económico inclusivo y sostenible”, indica el documento.

La descarbonización del transporte de mercancías también aparece como una prioridad en la agenda logística futura. El informe advierte que el transporte es responsable de una proporción significativa de las emisiones de gases de efecto invernadero, por lo que urge avanzar hacia una transición verde. Para ello, propone medidas como la promoción del transporte ferroviario, la electrificación de flotas, el uso de combustibles alternativos y la planificación urbana sostenible para reducir distancias logísticas.
En paralelo, el informe enfatiza la importancia de fortalecer la resiliencia de las cadenas de suministro. A raíz de la pandemia, los conflictos geopolíticos y los eventos climáticos extremos, muchas economías experimentaron interrupciones críticas en la disponibilidad de bienes y servicios. La OCDE sugiere estrategias como la diversificación de proveedores, el uso de datos en tiempo real para monitorear riesgos y una mayor articulación público-privada en la planificación logística.
Latinoamérica, según el organismo, enfrenta un escenario particularmente desafiante. La combinación de barreras burocráticas, baja digitalización y falta de infraestructura adecuada afecta directamente su capacidad exportadora y su inserción en los mercados internacionales. Para revertir esta situación, el informe propone que los gobiernos de la región prioricen el desarrollo logístico como política de Estado, con una mirada integral que articule planificación territorial, inversión y sostenibilidad.
En países como Argentina, donde el comercio exterior depende en gran parte del transporte terrestre y fluvial, el impacto de los cuellos logísticos es especialmente visible. La congestión en pasos fronterizos, la lentitud en la tramitación aduanera y la falta de conexión intermodal entre regiones dificultan el crecimiento de sectores estratégicos como la agroindustria, la minería y la energía. La mejora de la logística no solo aumentaría la competitividad de las exportaciones, sino que también tendría efectos positivos en los precios internos, el empleo y la integración territorial.
Por último, la OCDE destaca que la tecnología será un factor determinante en la transformación logística. Herramientas como la inteligencia artificial, la trazabilidad digital y el análisis predictivo permiten anticipar interrupciones, optimizar rutas y gestionar inventarios de forma más eficiente. La incorporación de estas tecnologías no puede seguir siendo marginal o piloto: deben formar parte del sistema logístico de manera estructural.
En un mundo donde la velocidad, la eficiencia y la sostenibilidad definen el acceso a los mercados, la logística se convierte en un pilar estratégico para el desarrollo. La advertencia de la OCDE es clara: América Latina necesita tomar decisiones urgentes si quiere estar a la altura del nuevo escenario global.