RIO GRANDE.- El Mercado del Atlántico fue formalmente inaugurado en esta ciudad, en el Paseo Canto del Viento, como corolario de un acuerdo estratégico sellado entre las municipalidades de Río Grande y Río Gallegos. El acto contó con la presencia estelar de los intendentes Martín Perez y Pablo Grasso.
El jefe comunal de Río Gallegos, Pablo Grasso, expresó su beneplácito por este esfuerzo de cooperación. Señaló que el trabajo en conjunto tiene como objetivo primordial sumar la producción a las afinidades culturales y sociales que históricamente enlazan a ambas ciudades. Grasso remarcó que esta iniciativa consolida el sexto punto de venta regional en la vasta Patagonia, constituyendo un testimonio de que “se pueden hacer las cosas” desde la gestión local, en contraposición con las discusiones que dominan el panorama político nacional.
El modelo de gestión de estos nuevos espacios fue detallado por el funcionario. Explicó que el sistema funciona bajo un esquema de tecnología y confianza, lo cual permite que la liquidación de las ventas se transfiera directamente a la cuenta del productor. Esta innovadora red de comercios posibilita que los emprendedores de Tierra del Fuego tengan acceso directo a los cinco puntos ya operativos en la provincia de Santa Cruz, incluyendo locaciones como Caleta Olivia, Los Antiguos, y tres bocas de expendio en la ciudad de Río Gallegos.
En un segmento más crítico de su alocución, Grasso arremetió contra las políticas económicas implementadas a nivel federal. Criticó que las mismas perjudican el polo industrial de Río Grande y responden a un centralismo que relega a las provincias del sur. En este marco, el intendente defendió las “ventajas comparativas” de aquellos ciudadanos que forjan la Patria en la Patagonia y reafirmó la imperiosa necesidad de impulsar el federalismo.
Finalmente, el mandatario santacruceño trazó la hoja de ruta para la expansión territorial del Mercado del Atlántico. Proyectó que el crecimiento del proyecto se extenderá a las ciudades de Tolhuin, Ushuaia y Comodoro Rivadavia. Aseguró que la excelencia de los productos australes (poniendo como ejemplo la calidad de los alfajores santacruceños) es de estándar global y que solo se requiere de las oportunidades de mercado adecuadas para su crecimiento.



