Los políticos hablan, pero no escuchan. Todos sin excepción. La semana que ha terminado ha sido claro reflejo de ello. Desde la decisión de Junts de romper con el PSOE, a la comparecencia del presidente del Gobierno en la comisión de investigación del caso Koldo, pasando por el homenaje a las víctimas de la dana, todos han hablado sin escuchar. Cuando son investigados, utilizan los mismos argumentos que invocaban los investigados de otros partidos en el momento en que eran ellos los escrutados por el contrario. Y los que interrogan, lo hacen igual que los que les preguntaban a los que ahora lo hacen, y que ahora provocan su enojo. Todo con una falta de respeto que hace la política irrespirable.
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