Enviados a Buenos Aires, Argentina
Muchos se gastaron los ahorros, otros tenían el gasto planificado con antelación y varios hasta pidieron prestado para cumplir un sueño: alentar al plantel de Peñarol bien de cerca en la Copa Libertadores.
Para un puñado de fanáticos esto ya es costumbre, pero para otros la de Buenos Aires es la primera oportunidad para vivir algo así: viajar junto a la delegación y alojarse en el mismo hotel.
De Trinidad, de Ombúes de Lavalle y de Montevideo, pero también desde varias ciudades más, el aliento llegó al plantel y, a su manera, los hinchas se hacen sentir.
Javier tiene 61 años y sigue a Peñarol hace un montón de años: “Es una experiencia única porque estás cerca del plantel, conversás, te sacás una foto”, le contó a Ovación, agregando: “Estaba en el gimnasio, apareció Diego Aguirre y nos pusimos a charlar. Recordamos lo del 87 porque lo vi a Peñarol campeón de América con su gol y son cosas que te quedan grabadas”.

Foto: Nicolás Pereyra.
Javier también recordó que estuvo acompañando al plantel en la Libertadores del 2011 y recordó lo que hizo en 1987: “Cuando hizo el gol Diego me acuerdo que agarré el Fusca que tenía y salí volando para 18 de Julio y en la primera que fui a doblar hice un trompo y pensé que no llegaba a los festejos”.
Matías (48) se la jugó con su hija Martina (19) y con la excusa del Día del Niño se vino a Buenos Aires en familia. “Se dio medio desprolijo porque estaba con mi otro hijo en Perú y mi hija empezó a hacer cabeza y bueno, nos subimos a este avión, pero la verdad que voy a estar siempre agradecido porque nunca pensé estar en estas instancias disfrutando estas caricias y mimos al alma que nos hacen estos muchachos desde Aguirre hasta los jugadores”, le contó Martín a Ovación, agregando: “Es la plata mejor gastada. Si no la tenés, pedila y después vemos cómo hacemos”, tiró.
“Esto es una locura. Cuando pisé el aeropuerto me emocioné y sentí esa adrenalina. Después cuando me senté, ver a Barrera cantar, a Leo y Maxi saltar, fue tremendo”, contó Martina.

Foto: Nicolás Pereyra.
Samela (42) se fue al supermercado de su amigo Martín en Ombúes de Lavalle a comprarse un fernet para mirar el clásico de la final del Torneo Intermedio y se llevó la botella para su casa, pero también –a instancias de su amigo– terminó decidiéndose por pagar el chárter y vivir una experiencia que cataloga como “única”.
“Che Same, fui a Bolivia a acompañar a los jugadores y es una experiencia impresionante. Si no has ido, anímate. Si podés hacerlo, hacelo”, le dijo Martín a Samela. “Me convenció”, contó la fanática aurinegra que a su vez convenció a una amiga que viajó junto a su hijo a Buenos Aires.
La oriunda de Ombúes de Lavalle destacó a una persona que fue protagonista en el corto pero intenso vuelo de Montevideo a Buenos Aires: “Jorge Barrera nos hizo flashear con sus cánticos, un crack”, expresó.
“Me he sacado fotos con todos, todos divinos. Como siempre, Peñarol es familia, es lo más lindo que me pasó en la vida y estoy muy emocionada por vivir esto. Es la plata mejor gastada y la volvería a gastar mil veces más”, cerró diciendo.

Foto: Nicolás Pereyra.
Genaro (45) viajó a Buenos Aires por las suyas y lo hizo junto a dos de sus hijos y su ahijado. En Montevideo quedó la nena de nueve años. “La mamá no quiso que viniera”, contó entre risas. Santiago, uno de los hijos de Genaro, no dudó en tirar: “Es tremendo estar acá”. Lo dijo mientras esperaban el regreso de los jugadores al hotel tras el entrenamiento de este lunes en el complejo deportivo “Campeones del Mundo” de Defensa y Justicia.
“Esto de venir a un hotel como este está bueno porque está bien pensado para la seguridad del plantel. No está la cercanía con los hinchas pero algunos podemos alentar acá”, remarcó Genaro, que cerró diciendo: “A Racing parece que lo ayudan los astros con el tema del clima, pero a Peñarol lo ayuda la Fiera”.