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martes, marzo 25, 2025

La presencia espectral de los desaparecidos y sus voces que pugnan por volver

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“El sentido común actual (…) indica que las personas desaparecidas fueron asesinadas. Sin embargo, considerar que “los desaparecidos” –como identidad colectiva– están muertos no se corresponde linealmente con el hecho de considerar a “mi” desaparecido –mi padre, mi madre, mi hijo o hija, mi hermano o hermana, mi esposo o esposa– efectivamente muerto”, dice Mariana Tello Weiss en un capítulo de su reciente libro Fantasmas de la dictadura. Una etnografía sobre apariciones, espectros y almas en pena (Sudamericana).

Con formación académica en Antropología y Psicología, la autora fue investigadora en el Espacio para la Memoria y la Promoción de los Derechos Humanos ex Centro Clandestino de Detención, Tortura y Exterminio (CCDTyE) La Perla, Córdoba, y presidenta del Archivo Nacional de la Memoria, y enmarca sus líneas de estudio en la antropología de la violencia, los conflictos sociopolíticos y los derechos humanos, las memorias e identidades en torno a las experiencias concentracionarias; la desaparición, las «apariciones» y la producción de espectralidades en la posdictadura argentina.

Mariana Tello Weiss. Foto: Alejandra López, gentileza editorial.
Mariana Tello Weiss. Foto: Alejandra López, gentileza editorial.

Los fantasmas de la dictadura

“Yo investigo sobre dictaduras aproximadamente hace veinte años, y durante todo este tiempo, incluso también en ámbitos que no eran de investigación, escuché muchísimas historias de fantasmas, sobre todo durante mi trabajo en La Perla, un excentro clandestino que actualmente es un sitio de memoria acá en Córdoba”, cuenta Tello Weiss a Clarín.

Durante un largo tiempo ella tomaba nota de los relatos, pero carecía de herramientas para analizarlos porque desde las ciencias sociales se encontraba siempre con la explicación que brinda “el sentido común”: los fantasmas no existen. “Pero lo que yo sí advertía era que el tema de esas historias era algo muy insistente, y que tenía un importante papel en las formas de habitar esos espacios”, sigue la autora.

“Es un tema que en su momento era un gran tabú, creo que el libro de Mariana viene a desbloquearlo”, dice Mariana Eva Pérez, politóloga, coautora de la obra Antivisita/ Formas de entrar y salir de la ESMA y autora del libro Fantasmas en escena (Paidós, 2022) una investigación sobre las representaciónes de la desaparición de personas en la dramaturgia argentina del período 2001-2015, acerca de “la dimensión fantástico espectral de la desaparición forzada”, como ella denomina al tema.

“Yo encontraba que en los discursos de memoria no se podía hablar de esto abiertamente, por eso tomé esta suerte de atajo: analizar las representaciones espectrales de la desaparición en el teatro, donde me pareció que a través de la ficción teatral aparecían más desprejuiciadamente estas figuras como fantasmales de los desaparecidos: alguien que se para en un escenario y anuncia ‘yo soy el muerto’, o dice que está desaparecido y hablando con los vivos», agrega.

Mariana Eva Pérez. Foto PrensaMariana Eva Pérez. Foto Prensa

Y completa: «Me parece que el mérito del libro de Mariana de alguna manera lo que hace es mirar a ese fantasma de frente. Yo busqué esos atajos en el teatro, la literatura o en otros ámbitos: ahora, por ejemplo, voy a dar un taller de doctorado que se llama ‘Manifestaciones espectrales de la memoria en producciones culturales contemporáneas’. Es un tema que me sigue interesando, una clave que aún hoy me interpela para entender nuestras memorias de la desaparición y de todo ese período”.

Objetos de reflexión

“Aunque parecería una obviedad que la experiencia de la desaparición –que implica sufrimiento, crímenes no resueltos, cuerpos insepultos– produce monstruos, los relatos sobre espectros no suelen formar parte de las memorias públicas sobre los crímenes en masa acaecidos durante la dictadura en Argentina”, dice Tello Weiss en la introducción a su libro.

“Estos han comenzado a emerger y, por lo tanto, a tornarse un objeto de reflexión solo recientemente. Los fantasmas de las víctimas del terror de Estado aparecen como una novedad dentro del imaginario social y sociológico. Sin embargo, nada de esto es nuevo del todo. (…) Este –entonces– es un libro de fantasmas. De un tipo de fantasmas particulares. De fantasmas engendrados por el terrorismo de Estado en su inmensa producción de malas muertes, de sufrimiento, de cuerpos insepultos, de terrores».

Y más: «Es, también, un libro que atiende a quienes experiencian y relatan las historias de esas almas en pena, de esos muertos que lejos de permanecer en el descanso que les desea quien es creyente, o de la total inexistencia a la que los confina quien no cree en nada, insisten en volver”.

Testimonios y relatos

A lo largo de la “etnografía cazafantasmas”, como ella la llama, Tello Weiss recopiló cientos de historias de “aparecidos”. Algunas de ellas narradas por los familiares de las víctimas que consultaron a videntes en los momentos posteriores a la desaparición.

Mariana Tello Weiss. Foto: Alejandra López, gentileza editorial.Mariana Tello Weiss. Foto: Alejandra López, gentileza editorial.

Otras son acerca de espectros aparecidos en sueños, “dobles a los que se les sigue el rastro, llamadas telefónicas o por radio que parecían venir del ‘más allá’, sesiones de espiritismo para intentar contactar con sus seres queridos”.

Otras más, vinculadas a los lugares donde se ejerció la represión, le fueron contadas por los vecinos de cementerios y centros clandestinos de detención, por los policías que los custodian, por exconscriptos, sepultureros, o por otros investigadores y antropólogos forenses.

Además de compartir el primer y segundo nombre, Tello Weiss y Pérez coincidieron, más allá de otros espacios en común, en la Universidad de Konstanz, Alemania, donde a principios de la década pasada un equipo dirigido por una académica local del ámbito de las Letras se propuso analizar las analogías entre la desaparición forzada en Argentina y la literatura fantástica de autores y autoras del país.

“En ese momento era novedoso, era una ruptura, yo creo que se podía decir afuera y no se podía decir acá”, sostiene Pérez.

“Creo que el mérito del libro de Mariana es dejar todo eso atrás. Ella registra, narra los tratos con fantasmas, como los llama. Mira el fenómeno a los ojos, como si tal cosa fuera posible, porque no lo es. Ella trabaja con un marco teórico muy parecido al mío, en algunas cosas, aunque provenimos de distintas disciplinas. Con mi trabajo, tiene absolutamente todo en común».

Una deuda de la democracia

“En el libro Mariana describe muy bien el proceso, lo que ella entiende y yo estoy bastante de acuerdo, por lo cual esto fue un tabú”, dice Pérez.

“La denuncia en dictadura y en los primeros años de democracia requería de un discurso racional, donde estos temas no tenían lugar. La legitimidad de esas voces que denunciaban lo que estaba pasando no se podían apoyar en la espectralidad, no tenía demasiado que ver recurrir a la OEA con la consulta a la vidente. Entonces esto otro quedó en gran medida confinado al ámbito de lo doméstico, de lo personal», agrega.

Eso cambia más recientemente: «Creo que esa división en el último tiempo se empezó a romper. Quizás gracias al proceso de verdad y justicia de los últimos años ya no existe sobre familiares y sobrevivientes la presión de tener que negar esa parte de la experiencia”. .

“No sé qué lugar puede ocupar de ahora en más este libro”, reflexiona Tello Weiss. “Eso lo van a definir las lectoras, los lectores, las preguntas sobre las cuales puede interpelar y los debates que podamos darnos alrededor de esos interrogantes. Creo que, primero, toca una parte muy íntima del terror de Estado, la que tiene que ver justamente con los miedos y con la perpetuación de esos miedos, y que por otro lado al menos intenta volver a mirar algunos viejos problemas con nuevos ojos, como el hecho de que en este país todavía continúe habiendo desaparecidos, personas que fueron asesinadas cuyos cuerpos permanecen ocultos, y sus familias no los han podido sepultar«.

La autora retoma una idea del libro: «Esos muertos de malas muertes, que han sufrido, que permanecen insepultos, que no son propensos a descansar es lo que engendra fantasmas. Y cuando los muertos no pueden descansar, los vivos tampoco. No solamente aquellos que somos familiares de esas personas sino las comunidades, los territorios en los que han ocultado sus cuerpos, los mismos perpetradores. Cuarenta años después, sigue siendo una de las grandes deudas de nuestra democracia”.

Fantasmas de la dictadura, de Mariana Tello Weiss (Sudamericana)

Redacción

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