El parque de la Ciutadella de presenta estos días un aspecto mucho más respetable. Al menos según determinados cánones. A ratos los subsaharianos que aún pasan allí el día básicamente porque no tienen a dónde ir hasta parecen simples turistas abrumados por el calor. Últimamente las tiendas de campaña y los carritos de supermercado dejaron de verse en este singular escaparate de Barcelona para hacerlo en otro lugar bien cercano pero mucho más discreto y recogido, bajo los puentes del parque de la Estació del Nord. Se trata de otro de los logros del plan Endreça, de la determinación del gobierno del alcalde Jaume Collboni a fin sacar lustre al espacio público de la urbe. Bajo la alfombra estas cosas no se ven.

Un par de vehículos de la Guardia Urbana patrullando junto al asentamiento
Pol Cartie (Shooting)
“Es que nos echaron –cuenta un joven subsahariano bajo uno de los puentes del parque de la Estació del Nord, en un castellano muy fluido–. Supongo que ya éramos demasiados en la Ciutadella. Además, también vino gente que se drogaba y luego dejaba las jeringuillas por ahí, y eso ya pues nos condenó ¡imagínate que un niño se pincha! hay que tener más cuidado, hombre. Así que hace un mes nos echaron, nos dijeron que si no nos llevábamos nuestras cosas las tirarían a la basura, y empezaron a cerrar el parque mucho antes, y a poner policías en las puertas, para asegurarse de que no volvíamos. Así que algunos se fueron a otros sitio, y otros nos vinimos aquí, una docena cosa así”.

Un hombre barre entre tiendas de campaña, carritos del súper y sillas
Pol Cartie (Shooting)
Aquí en el parque de la Estació del Nord bajo los puentes ya se encontraron un montón de gente instalada. Al parecer en esta zona verde vive gente desde hace años, aunque su número no se multiplicó hasta hace unos cuantos meses. Un joven español detalla que de manera espontánea el lugar quedó dividido en varias zonas. A un lado se concentraron sobre todo los que hablan en castellano, a su vera se instalaron después unos cuantos magrebíes y, un poco más allá, unas pocas semanas atrás, se acomodaron los subsaharianos de la Ciutadella. “Al principio los subsaharianos nos daban un poco de cosa, porque parecía que estaban siempre enfadado -prosigue este joven español-. Pero luego nos dimos cuenta de que es que entre ellos hablan así. Y la verdad es que nos llevamos bien”.

Las tiendas de campaña se encuentran diseminadas por buena parte de este parque
Pol Cartie (Shooting)
“Nos fumamos un cigarrito, a veces preparamos la comida, juntamos lo que tenemos y comemos, hablamos, pasamos el rato…”. “Aquí en total podemos vivir unas cincuenta persona. Es que muchos encuentran otros sitios y vienen y van”. “Muchos vivimos de la chatarra”. Y otros detallan que están empadronados aquí en el mismo parque desde hace más de un año. Así que la sombra del primer puente, junto a una de la fuentes públicas del parque, devino en una suerte de zona común a la par que punto de encuentro.

La mayor parte de los habitantes de este asentamiento vive de la chatarra
Pol Cartie (Shooting)
Aquí ponen grandes bolsas de basura para que los deshechos no se les desparramen, y también se refrescan y se asean, aunque la verdad es que estos días el agua de la fuente sale tremendamente tibia y muchos prefieren acudir a alguna ducha pública. Los respiradores de los subterráneos hacen de tenderetes, y allí secan la colada. “Igualmente si vas más allá de ándate con cuidado que no todos van de buen rollo. Que en algunas de las tiendas de campaña que están por ahí sueltas por los montículos se mete gente muy chunga, que mezclan alcohol y pastillas y roban iphones y esas cosas y luego van y dejan las carcasas por aquí ¡y a mí que me miren las huellas!”.

Un tenderete para secar la colada
Pol Cartie (Shooting)
Aquí ponen grandes bolsas de basura para que los deshechos no se les desparramen, y también se refrescan y se asean, aunque la verdad es que estos días el agua de la fuente sale tremendamente tibia y muchos prefieren acudir a alguna ducha pública. Los respiradores de los subterráneos hacen de tenderetes, y allí secan la colada. “Igualmente si vas más allá de ándate con cuidado que no todos van de buen rollo. Que en algunas de las tiendas de campaña que están por ahí sueltas por los montículos se mete gente muy chunga, que mezclan alcohol y pastillas y roban iphones y esas cosas y luego van y dejan las carcasas por aquí ¡y a mí que me miren las huellas.

Estos días los puentes proporcionan una sombre muy valiosa
Pol Cartie (Shooting)
“De todas formas nos van a echar a todos, otra vez. Ya vinieron del Ayuntamiento a decirnos que nos busquemos otro sitio, que cuando vuelvan van a limpiarlo todo, que si no queremos que nuestras cosas acaben en la basura…”. “Algunos ya nos buscamos otro sitio, que no vamos a decir cuál es, porque en cuanto se sepa nos vuelven a echar”. “Yo cuando me echen me iré, pero si no encuentro nada volveré a este puente ¿qué pueden hacerme?”.
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Algunos vecinos de la zona celebran el ultimátum municipal, sobre todo unos cuantos propietarios de perros a quienes no les hace gracia que sus mascotas olfateen excrementos de otras especies. En este parque se pasean muchos perros. “Algunos hasta nos graban a la cara y de un modo muy desagradable nos dicen que con nuestra mera presencia degradamos el parque, que tendríamos que desaparecer, escondernos debajo de otro puente…”. “Aunque con otros tenemos buen rollo, y a veces hasta nos ayudan”.