Por Eduardo Gigante*
Privatizar Nucleoeléctrica Argentina es un error estratégico garrafal. Más aun, si se tiene en cuenta que es una empresa que no pierde dinero. Pero, si perdiera, tampoco debería privatizarse: la mercantilización de la energía nuclear es un problema.
Esta privatización es una cuestión dogmática por parte del Gobierno, además de que está buscando dólares. Pero hay que ser pragmáticos y la estrategia nuclear actual está llena de inconsistencias, con un armado que no tiene ningún sentido.
La energía es una cuestión estratégica y hay muchas capacidades técnicas que el Estado ganó a lo largo de décadas. No hay que olvidarse de que Argentina es un país que se autoabastece de radioisótopos medicinales que se usan para el diagnóstico por imágenes, por ejemplo.
Conocimiento y soberanía
En Argentina, la mirada social sobre la energía nuclear es muy importante. Es necesario que este tipo de sectores permanezca en manos estatales, como ocurre en muchos países del mundo. El desarrollo nuclear siempre es una preocupación para los países centrales.
Hay que ser coherentes. ¿Puede mejorarse el sector nuclear argentino? Sin ninguna duda, pero la solución no está en vender Nucleoeléctrica Argentina. A pesar de las grandes dificultades en aspectos políticos y económicos, nuestro país ha tenido soberanía nuclear.
Regalar parte de ese conocimiento va a ser muy caro y no lo vamos a pagar nosotros, sino nuestros hijos. Porque los errores estratégicos se terminan pagando. El nuclear es uno de los sectores que Argentina debe proteger y se necesita que estas cuestiones estén a cargo de gente preparada.
*Ingeniero industrial especialista en gas natural, energía y minería
