Detalles del proyecto
El plan de Santoro incluye la construcción de las líneas F y G, cuyas trazas ya están definidas en la ley pero que no han avanzado por falta de financiación. La línea F conectaría Constitución con Plaza Italia, mientras que la línea G uniría Retiro con Villa del Parque, aumentando significativamente la cobertura de la red en zonas actualmente desatendidas.
Santoro argumentó que el subte es una solución de movilidad sustentable, ya que reduce el uso de vehículos particulares, las emisiones de carbono y la contaminación sonora. Sin embargo, destacó que la inversión en infraestructura subterránea ha estado paralizada desde hace años.
Financiamiento innovador
El proyecto no contempla nuevos impuestos para los porteños. En su lugar, propone:
- Reasignación de recursos existentes: Parte de los ingresos del ABL (Alumbrado, Barrido y Limpieza) y patentes ya están destinados a la construcción de subtes, pero estos fondos han sido subutilizados para ese fin.
- Fondo anticíclico: Se utilizaría el 50% del fondo anticíclico de la Ciudad, que acumula 300 millones de dólares, como un punto de partida para las obras.
- Bonos verdes: Se emitirían bonos vinculados a proyectos ambientales, un mecanismo utilizado internacionalmente para financiar iniciativas sostenibles.
Impacto esperado
La ampliación de la red de subtes podría:
- Reducir el tiempo de viaje en transporte público, mejorando la calidad de vida de los usuarios.
- Descongestionar las líneas existentes, muchas de las cuales operan al límite de su capacidad.
- Fomentar el desarrollo urbano en zonas alejadas del centro.
- Contribuir a los compromisos ambientales de la Ciudad, al promover un transporte limpio y eficiente.
Respaldo político y desafíos
La propuesta se enmarca en una estrategia electoral que busca posicionar a Santoro como un líder con una visión progresista y soluciones prácticas para problemas estructurales de la Ciudad. Sin embargo, enfrenta el desafío de convencer al oficialismo y otros sectores políticos de priorizar este proyecto en el presupuesto.
El subte porteño, que en su apogeo era un modelo de eficiencia en América Latina, ha quedado rezagado frente a otras ciudades del mundo. Esta iniciativa podría marcar un cambio significativo en la planificación urbana y el transporte público de Buenos Aires.