Comenta sonriente Elise Kova, la best seller de fantasía nacida y criada en Florida (Estados Unidos) que es su primera vez en Sudamérica. Ya pasó por Colombia, y después de Argentina viajó a Chile. De larga cabellera bien rubia y sonrisa amplia, Kova llegó a Buenos Aires para participar de la Feria del libro, y dice que no ha podido conocer la ciudad. Entre firmas de libros, reuniones con lectores y eventos promocionales no tendrá mucho tiempo para pasear.
Lectora desde niña, desarrolló su gusto por la escritura en la escuela, cuando fue parte de un proyecto literario estudiantil. Continuó escribiendo fanfiction como hobby, hasta que en 2015 autopublicó El despertar de la bruja del aire luego de haber sido rechazada por más de 100 editoriales y agentes. Al año siguiente se convirtió en escritora a tiempo completo, y en este lapso lanzó 17 novelas, todas convertidas en éxito y muchas están en las librerías uruguayas.
“Es muy emocionante estar aquí, siempre quise venir”, dice Kova. “No tengo mucho tiempo, así que esto es como un plato de degustación: pruebo un poco de cada lugar y después quiero volver por el menú completo”, agrega entre risas.
—¿Tomas cosas de los lugares que visitas para tus novelas?
—Sí, definitivamente. Todos mis libros tienen elementos de los lugares que visito y de personas que conozco. No es que “esta persona es este personaje” o “esta ciudad es esta otra”, porque una ciudad puede inspirar cuatro o cinco lugares distintos, y quiero que mis libros conecten con la mayor cantidad de personas posible. Mezclo elementos para que todos puedan verse reflejados de alguna forma.

Foto: Felipe Romero
—¿Pudiste ver algo de Buenos Aires, además del hotel y la Feria del Libro?
—Sí, pude ir al Cementerio de Recoleta. Es un lugar único, hermoso y especial. Ya estoy pensando en libros inspirados en ese lugar. Es como una ciudad de los muertos, deprimente pero hermosa. Y eso es lo especial de viajar: experimentar cosas nuevas, porque no sé si hay un lugar así en Estados Unidos. Igualmente, el no haber tenido más tiempo para explorar la ciudad ha valido la pena porque he podido conocer a muchos lectores.
—Comenzaste autopublicando tus libros. ¿Cómo funciona ese sistema?
—Algunas personas dicen autoedición, yo prefiero edición independiente. Como pasa con la música indie, donde no firman con discográficas. Yo digo que es «indie-publish», porque no firmé con una editorial para algunos libros. Esto es en Estados Unidos, porque cada mercado editorial es diferente, y en el resto del mundo, he trabajado con editoriales, como Urano para los libros en español.
—¿Cómo es hacer todo tú misma, desde cero hasta la impresión?
—Tengo como dos lados en mi cerebro. Uno muy creativo, que es el que ama hacer las historias, y otro que ama los negocios y la analítica. Así que estaba muy entusiasmada con publicar de forma independiente, aunque es mucho trabajo. Publicar en general es mucho trabajo, pero cuando publicas de forma independiente tienes que encontrar al ilustrador de portada, el formato, los editores, cumplir tus propios plazos y hacer el marketing tú misma. Tiene muchas cosas que debes hacer o hacer de forma diferente a si trabajas con una editorial tradicional. Pero este sistema me gusta mucho.
—¿Cuándo llegó el llamado de las editoriales?
—La primera vez que me pasó fue con una editorial extranjera. Me llamaron de Turquía. Cuando me contactaron, pensé que era una estafa, que me iban a pedir el número de tarjeta o algo así. Pero personas con más experiencia me dijeron que todo era legítimo. Luego vino Urano que fue igual de especial porque mucha gente habla español en el mundo.
—La frase inicial de Un trato con el rey de los Elfos dice: “Cada vez que los elfos vienen a la Tierra, es por amor o por muerte”. ¿Te llevó mucho tiempo escribirla?
—A veces paso mucho tiempo en la primera línea de un libro, pero en ese caso, fue lo primero que se me ocurrió. Cuando empecé a pensar en la historia detrás de ese título, la primera línea vino sola. Era tan clara, tan perfecta que pensé que ya existía, así que la busqué por todos lados, pero no la encontré, y supe de inmediato que allí estaba toda la historia. Eso fue muy emocionante.

Foto: Felipe Romero
—Sabes cuándo comenzar una historia, ¿también sabes cuándo terminar una saga?
—Sí, siempre. Ya sea una novela autoconclusiva o una saga, siempre sé adónde quiero llegar. Aunque descubra muchas cosas en el camino, necesito saber el destino final. Y normalmente el final que escribo es muy cercano al que imaginé al principio.
—¿Eres así de estructurada en todo?
—No soy tan estructurada como otros autores. Es como viajar a una nueva ciudad: sabes que vas a volver al hotel al final del día, y tienes una idea de lo que quieres hacer, pero puedes desviarte y explorar. Así es escribir para mí.
—Y además de escribir y viajar, hay un hijo pequeño al que cuidar.
—Sí, y se puede. Aunque algunos días hago más una cosa que otra. Tengo mucha suerte de contar con ayuda: buenos amigos, familia y una red de apoyo. También podemos permitirnos asistencia paga para el cuidado de nuestro hijo, lo que no todos pueden. Es mi primer hijo, tiene un año, y aprendí a darme permiso para seguir haciendo las cosas que amo. Escribir es como sacar agua de un pozo: si no lo recargas, no puedes seguir. Y con la maternidad es igual: das mucho, pero si no te recargas, te quedas sin nada que dar. Escribir me hace mejor persona, y eso me permite ser una mejor madre. Aunque me aleje un poco de mi hijo, cuando estoy con él, soy mejor gracias a eso.
—Publicas como Elise Kova mientras que otras autoras de fantasía usan iniciales, como J.K. Rowling o V.E. Schwab. ¿Por qué usas tu nombre completo?
—Creo que eso depende de cada autora. Durante años, muchas sintieron que necesitaban ocultar su género. Había una suposición: “una mujer no puede escribir esto”. O que las mujeres solo escriben romance, lo cual no tiene nada de malo, pero es una visión muy limitada. Yo nunca sentí esa presión de usar iniciales. Pero agradezco a las autoras que vinieron antes y pavimentaron el camino. Gracias a ellas, hoy las mujeres escritoras son reconocidas como iguales. Si algún día cambio de nombre será solo por cambiar de género literario, no por vergüenza. Para que los lectores sepan qué esperar, porque un libro firmado por Elise Kova tiene fantasía, romance y magia. Si escribiera un thriller, quizás usaría otro nombre para no confundir a mis lectores.
—El regreso de Donald Trump a la presidencia, ¿puede generar más interés por la novela de fantasía?, ¿que los lectores quieran escapar de la realidad?
—Siempre ha habido un mercado para escapar de la realidad, incluso en buenos tiempos. La fantasía ofrece eso: un escape. Por eso me encanta. Con lo que está pasando en mi país y en otros, creo que hay mucha demanda. Hay gente que quiere verte sufrir, quiere que te escondas, que te sientas pequeño, ya seas una minoría u otro país. Pero si te cuidas, te amas a ti y a todas las cosas que te hacen diferente, es una forma de resistencia. Y los libros pueden ser una forma de resistencia. Así que si puedo hacer que alguien sea un poco más feliz en estos tiempos difíciles, quedo muy agradecida. Creo que dice mucho cuando la gente va contra los libros. Si tienen miedo que tengas acceso al conocimiento, a diferentes historias y verdades a las que te quieren imponer, eso da muchísima información. Si tratan de negarte esa información, ese acceso al conocimiento, en muchos niveles te dice todo lo que necesitas saber.