Clara Pérez Singla
Barcelona
La regata Puig Vela Clàssica, presentada esta mañana en el Ayuntamiento de Barcelona, convoca a más de cuarenta embarcaciones que desfilarán por el litoral barcelonés entre el miércoles, 9 de julio, y el próximo sábado, día 12 de julio. Organizada por el Real Club Náutico de Barcelona, la firma Puig y el apoyo del Consistorio la competición reunirá a unas 40 embarcaciones de 10 nacionalidades en la que es su 18ª edición.
Jordi Puig, presidente del Real Club Náutico, incide que el diseño del circuito intenta que los barcos naveguen lo más cerca posible de la costa para que la gente que esté en la playa pueda verlos y disfutar de un espectáculo donde se “desprende belleza pero también competividad”. En la Barceloneta, el Port Olímpic y el Port Vell se podrán vislumbrar piezas únicas como los veleros Mariska, Hallowe’en y Yanira.
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REDACCIÓN
Los protagonistas de esta regata son barcos del siglo pasado que han ido pasando de propietario en propietario, resistiendo a la extinción, con reparaciones muy cuidadas y acumulando premios. “Piezas de museo”, como las describe Marc Puig, director ejecutivo de la compañía Puig, que hacen de los regatistas también coleccionistas.

Una de las embarcaciones participantes en anteriores ediciones
Nico Martinez)
El directivo de Puig también destaca que en la competición no sobresalen los patrocinadores como en otros acontecimientos náuticos sino familias e individuos apasionados por la vela. En esta edición, hay embarcaciones inscritas de Inglaterra, Francia, Estados Unidos, Nueva Zelanda, Polonia, Italia, Malta y España.
Cuatro categorías
Dependiendo de la antigüedad, el tamaño y el diseño
La competición se reparte en cuatro categorías. Dos de ellas son la de los barcos de época construidos antes del 1950 y los clásicos, botados después del 1950, ambos hechos de metal o madera. Los Modern Classic mantienen el espíritu de la tradición siguiendo un diseño clásico en su construcción pero con materiales contemporáneos y la categoría Big Boats engloba las grandes embarcaciones que superan los 23 metros de eslora.
El programa de la regata incluye un día de inauguración y tres jornadas de pruebas. Este año ha vuelto a celebrarse en julio después de que se trasladara a septiembre el año pasado para incluir la competición en las celebraciones de la Copa del América. El evento cuenta con el respaldo del alcalde Jaume Collboni en la línea marcada por su gobierno de intentar de unir el mar con la ciudad y reforzar la identidad marítima de Barcelona.