El alquiler de la vivienda se ha convertido en el gasto más importante en la mayoría de hogares catalanes. Un dato: 7 de cada 10 jóvenes todavía viven con sus padres a pesar de tener trabajo. El acceso a una vivienda asequible es, sin ningún tipo de duda, uno de los principales elementos que determina la calidad de vida en nuestro país.

Viviendas modulares en construcción en Girona
Agustí Ensesa / Colaboradores
En Girona hemos puesto en marcha la maquinaria para poner los cimientos de la lucha por una vivienda digna. A través de la estrategia Missió Habitatge hemos convertido las políticas en esta materia en caballo de batalla municipal. Una de las primeras medidas al entrar a gobernar fue limitar las viviendas de uso turístico, estableciendo un tope del 4% por toda la ciudad y frenando en seco el crecimiento en el Barri Vell. Por otra parte, en los próximos años queremos que se hagan 800 viviendas para poder destinarlas a alquiler social. Ya hay 100 en construcción.
¿A qué espera el ministerio para redactar el proyecto y empezar las obras?
Paralelamente, en enero pasado Pedro Sánchez proclamaba desde Madrid que el patrimonio de la Sareb, la entidad bancaria estatal creada para gestionar los inmuebles rescatados con dinero público durante la crisis, pasaría a integrar el parque público de viviendas sociales. Pero una vez más, entre los anuncios y la realidad, la distancia parece insalvable y no se ha concretado nada.
En Girona tenemos varios inmuebles propiedad de la Sareb que generan problemas de convivencia. También tienen terrenos inutilizados con capacidad para más de un centenar de pisos o solares vacíos desde hace más de 10 años sin comprador. ¿A qué espera, pues, el ministerio, para redactar el proyecto y empezar las obras? ¿Si un Ayuntamiento medio como el nuestro puede movilizar terrenos y buscar promotores, por qué el Estado no puede y empobrece nuestros barrios?
Por su parte, la Generalitat ha pedido la colaboración de todos los ayuntamientos en materia de vivienda. Desde Girona hemos cumplido inscribiendo 14 solares. Al mismo tiempo hemos solicitado ayuda y financiación para que los promotores de vivienda protegida los construyan en derecho de superficie y los pongan en alquiler asequible. También estamos promoviendo varias modificaciones del planeamiento para obtener más terrenos para que a medio plazo se hagan más viviendas protegidas para todos los bolsillos.
Desde el Ayuntamiento hemos hecho el trabajo. Ahora esperamos que la conselleria haga su parte y que también ayude a los municipios en la presión que hagamos para que el Estado y la Sareb movilicen sus pisos, locales y solares, y garantice la convivencia en los barrios y colabore en la lucha por una vivienda digna. Y que también apunten hacia los grandes tenedores con pisos vacíos. De momento, ni siquiera nos han respondido.
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La gestión del nuevo parque público de viviendas necesita una mirada de proximidad, de atención cotidiana y control que difícilmente se hará desde Madrid o Barcelona. La colaboración con el mundo local es imprescindible, y por eso hemos extendido la mano al ministerio y a la Generalitat. La vivienda es un derecho y el ingrediente principal con que se cocinan las ciudades. En Girona tenemos clara la Missió Habitatge y lo demostramos con hechos. Confiamos en que las otras administraciones también ayuden, porque garantizar la vivienda asequible significa garantizar que las vecinas y vecinos de Girona vivan mejor.