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viernes, mayo 30, 2025

La seguridad en Gualeguaychú: el trabajo policial y algunas historias de película

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La inseguridad-seguridad es una temática que, más allá de lo preocupante que resulta, nos ocupa, involucra y compete a toda la población, porque nadie está exento ni libre de padecer un hecho delictivo.

Es cierto que, lamentablemente hasta no padecerlo, muchas veces no dimensionamos como nos afecta pertenecer al grupo de víctimas de un robo, hurto o algo mucho más grave.

Gualeguaychú no es una isla y, lamentablemente, vive a diario acontecimientos relacionados con la seguridad – inseguridad, considerando que se encuentra por debajo de los índices más altos en el país.

R2820 quiere en este artículo descubrir la labor de quienes tienen que velar por la seguridad, a quienes les toca la tarea de investigar como se ha desarrollado un ilícito. Por eso la consulta, sin hacer mención de manera personal, se trasladó a quienes han ejercido y ejercen la tarea de averiguar que pasó ante un robo, un homicidio, un accidente, etc. en la Policía de Entre Ríos, jurisdicción local.

Protocolo

En primer lugar nos explicaron que en la fuerza entrerriana a cada hecho se le da la importancia que merece, debido a que no se puede evaluar cuando el uniformado llega al lugar de un suceso, si el mismo ha sido de gran envergadura o se trató de algo menor. «A veces un simple robo puede convertirse en algo más grave», se explicó.

Para cada caso se actúa con un protocolo establecido donde, como primera medida, se intenta preservar el lugar del hecho. Es el abc de la policía y que cada agente, funcionario policial, debe saber a los efectos de no cometer errores, como por ejemplo, «contaminar» el espacio donde se sucedieron los acontecimientos.

«Sería ensuciar el lugar y eso es considerado poco profesional», se explicó, acotando «cualquier elemento puede contaminar el lugar y podría perjudicar la investigación, ya sea porque dejó caer una colilla de cigarrillo, un papel o dejó su huella».

Se destaca que «el área criminalística la policía de Entre Ríos ha avanzado mucho en los últimos años, desde el uso de la tecnología hasta la profesionalidad de sus integrantes. La muestra está en Gualeguaychú donde se han logrado resolver varios casos en los últimos 10 años», expresaron y coincidieron nuestros entrevistados.

Información

Otra de las medidas primordiales de la policía es buscar toda la información relacionada al hecho para facilitársela a la Justicia de la manera más precisa y exacta, estableciendo una comunicación directa con los fiscales correspondientes. «Por ejemplo, un robo común, de una motocicleta en la puerta de un domicilio, lo primero que se hace es buscar testigos, hablar con vecinos, qué vieron, a qué hora, sabiendo que hoy se han colocado cámaras de seguridad en muchos lugares. Las filmaciones se constituyen en un testigo clave. No obstante, cuando no se logra ver la identidad de quien cometió el hecho, se buscan datos con posibles testigos. Otras veces por el ´modus operandis´ del ladrón, siguiendo el ejemplo, se busca en los archivos y se sigue una línea investigativa».

En el caso local con repercusión nacional del homicidio de Fernando Pastorizzo donde se condenó a su novia Nahir Galarza, los investigadores, entre las tareas previstas por protocolo, también recorrieron la zona donde se produjo el desenlace, hablando con posibles testigos.

Así, «un vecino, en primera instancia no recordó nada sospechoso para el caso. Pero, pasadas unas horas, los agentes volvimos a consultar y ese mismo vecino nos describió el paso de una señorita resultando ser la autora del hecho».

Otro dato significativo en Gualeguaychú está relacionado a la forma y estilo de cometer un ilícito. Algunas personas se dedican al robo de motos, bicicletas, a otras les gusta «meterse» en domicilios y así se conforma un archivo de cada una de ellas y del «modo operandis» con el que trabajan y llevan a cabo un hecho delictivo.

Un abanico delictivo

«A pesar de la cantidad de habitantes de nuestra ciudad, quienes delinquen son pocos, lo que nos permite afinar una investigación y poder identificarlos», se explicó. En tanto «la situación pasa a situaciones más delicadas y complicadas cuando hablamos de delitos más graves que nos ha tocado investigar. Por ejemplo las famosas salideras bancarias, tan habituales en Buenos Aires, en nuestra ciudad han sido pocas, lo que nos conduce a pensar en delincuentes complicados de identificar en primera instancia porque seguramente no son locales y se debe realizar un operativo mayor, consultar cámaras, movilizar vehículos y por ahí hasta recaer en otras localidades, logrando coordinar con otras fuerzas y/o puestos camineros».

Desde la gestión municipal anterior, se ha intensificado la colocación de las denominadas cámaras de seguridad, que se distribuyeron en varios puntos estratégicos de Gualeguaychú. Y se conformó el Consejo de Seguridad que ha servido mucho para avanzar y reforzar la tarea policial.

Recordamos así el tiempo donde se pusieron de moda los denominados «motochorros», quizás copiando a otras zonas urbanas mayormente pobladas y que fueron eliminados luego de algunas denuncias y trabajo conjunto con cámaras y vecinos, quedando demostrado el excelente accionar de investigación.

Se explicó «en Gualeguaychú no se daba la modalidad de los motochorros, pero sin dudas que el delincuente ve y copia algunas de otras ciudades. Uno piensa que el accionar de los motochorros era impensado en nuestra ciudad, pero luego también fueron bicichorros y finalmente hasta salieron a robar a caballo. Todos fueron identificados por el trabajo de la policía y puestos a disposición de la Justicia».

En ese sentido hay que acotar el caso de un motochorro «al que pudimos identificar porque usaba siempre la misma moto, de color negro, lo que nos permitió ir allanar su casa y secuestrar el rodado con la que cometía su accionar».

Coordinación

La policía investiga y le ofrece al fiscal o al juez correspondiente todo el material que se recoge. Es desde la Justicia donde se decide si quien cometió un hecho merece una pena o no. Para eso, desde el cuerpo, se acercan datos al expediente, aportando la mayor cantidad de pruebas sobre el accionar delictivo de una o varias personas, a quienes se las juzga, se evalúa su conducta desde la Justicia y se la condena o no.

Quienes hablaron con R2820 coincidieron que «tenemos obligaciones y responsabilidades, pero también no hay que olvidar la parte fundamental y es que la policía se debe al vecino. La policía tiene que ser un vecino más, sobre todo cuando es víctima de un delito, uno debe entender la situación, el mal momento o el dolor en una situación con desenlace grave».

Agregaron «cada hecho motoriza al equipo con el objetivo de esclarecerlo y, en lo posible en el caso de un robo, recuperar lo sustraído, Para eso se trabaja profesionalmente, buscando, indagando y si tenemos que volver varias veces a preguntar a recabar información, lo hacemos una y otra vez. Cada dato por más mínimo que sea, aporta a seguir una línea de trabajo

Hechos que trascienden

Hubo un caso, además del conocido Galarza-Pastorizzo, contado por quienes trabajaron en el mismo: «con resolución esperada, lamentablemente con un robo seguido de muerte de una persona retirada de una fuerza de seguridad nacional, producido en el casco céntrico sobre calle San Martín. “Desde el primer momento no pudimos localizar testigos, pocas cámaras en la cuadra, por lo que se comenzó a trabajar en la zona, preguntar, analizar, ver y terminar en Campana, provincia de Buenos Aires, allanando un domicilio junto a la DDI de esa ciudad, tras montar un operativo de dos días. Ingresamos y nos encontramos con las pertenencias del fallecido, con dinero del fallecido, con la sorpresa que había comprado un vehículo con lo que le había robado a la víctima, además de armas y un montón de identificaciones y credenciales que eso para un investigador es llegar al resultado, logrando finalmente una condena ejemplar”.

«Para quienes estamos en esto fue apasionante. Teníamos algunos hilos de investigación que nos llevaron a un viaje en colectivo, así solicitamos listado de pasajeros, lógicamente avalado por la fiscalía, chequeando en forma muy reservada y pudimos dar con una persona que había venido a Gualeguaychú el mismo día del hecho y ese mismo día se volvió en colectivo. Se hizo un trabajo con la Dirección de Inteligencia Criminal de Paraná, con las antenas telefónicas que se activan en el lugar y en la zona, por lo que se pudo establecer con tecnología todo el trayecto de esa persona, situando su antena en el lugar del hecho, de donde salió y como terminó en el lugar donde lo encontramos. Es un rompecabezas que uno va armando».

Se recordó también un robo en calle Magnasco «donde teníamos la sospecha que se trataba de alguien que llegó de otro lugar, seguramente con algún dato preciso, que es habitual. Esas personas generalmente proceden de manera diferente a los delincuentes locales ya que reducen a la gente, la atan. Podemos garantizar que esa forma de actuar, en 10 casos, 9 son de otro lugar. Nuestra ciudad es turística, fronteriza, llega mucha gente foránea y hay que trabajar sabiendo de posibles visitas desagradables».

Sobran ejemplos

Otro caso es el tema de los inhibidores de vehículos. No era común para la ciudad. Pero hay una historia al respecto «Habíamos tenido varios hechos con damnificados conocidos para la fuerza. La forma que proceden es con un inhibidor apuntar al móvil en el momento que el conductor cierra su coche con llave. Se escucha el ruido característico pero en realidad dejan al auto sin traba a merced de los ladrones».

Esa forma se dio un par de oportunidades en nuestra ciudad, «pero gracias a la tarea y de manera conjunta con vecinos que siempre colaboran, más unas filmaciones, pudimos identificar el vehículo pero, en principio, no podíamos localizarlo, sabiendo que no era local, era de la provincia de Córdoba». No obstante quien le contó a R2820, protagonizó un accionar casi de película: «caminando por 25 de Mayo, diviso al vehículo en cuestión circulando, si bien estaba en funciones andaba haciendo un trámite en el radio céntrico, veo que el auto se detiene, se baja una persona, la observo detenidamente y procede a inhibir una camioneta de un vecino. Cuando el propietario de la misma se baja y se aleja, los delincuentes comienzan a cometer el ilícito, por lo que me acerco de inmediato, me identifico como funcionario ante la persona quien me arroja un maletín que había sustraído de la camioneta, lo puedo esquivar y esa persona se da la fuga, empieza a correr y lo sigo hasta que lo puedo detener en calle Rosario y Rivadavia con la colaboración de un funcionario policial que estaba de franco, que me ve en la acción. Mientras tanto una pareja local guardaba el maletín sustraído. En tanto los cómplices que aguardaban en el coche intentan escapar, con la mala suerte de encontrarse a una cuadra de la escuela de Luis N. Palma y San José justo a la salida de sus alumnos lo que los detuvo por unos instantes y así pude acercarme. Allí, una mujer del coche comienza a gritar alegando que la quería abusar y pegar, pero pude sacarle la llave del auto en un descuido y llamar por refuerzos».

Compromiso ciento por ciento

A los efectos de conocer el compromiso y la profesionalidad de la policía local, uno de nuestros entrevistados le contó a R2820 lo siguiente: «Saliendo de viaje a Buenos Aires, con mi familia en el auto, freno en el semáforo de Rocamora y Bolívar y observo que iba caminando un conocido delincuente que cruza la avenida frente a la escuela y veo que toma una moto allí estacionada y comienza a llevarla de tiro. El semáforo para mí ya estaba en verde pero decidí no avanzar y mirar por uno de los retrovisores del auto y él camina hacia donde estábamos con mi familia. Claramente había sustraído el móvil de una docente del establecimiento por lo que retomo la marcha y en Rucci y Bolívar me bajé del auto y lo detuve sin ofrecer resistencia, comprobando luego que realmente había robado la moto, que no sabía manejarla y la idea era dejarla estacionada para que un cómplice la pasara a buscar. Eso, lógicamente hizo que demorara mi viaje y mi familia esperándome no de buen humor».

Profesionales

Los entrevistados destacaron «el valor humano y profesional de la policía de Entre Ríos de nuestra ciudad, con un alto grado de confianza, donde los vecinos conocen a los uniformados quizás para diferenciarnos de otras ciudades con mayor población en la provincia como Concordia o Paraná.

Uno siempre tiene que estar preparado para actuar, estar a la altura de las circunstancias, no solo en la ciudad sino también en la zona de campo donde hemos tenido delitos importantes, con el trabajo de bandas profesionales que sabemos no es la modalidad del delincuente local».

Finalmente hubo un caso grave donde «una persona cometió un delito con un arma en un comercio ubicado en la zona sur-oeste de la ciudad, hace aproximadamente 15 años atrás. Solo contábamos con un video pero no podíamos identificar al autor, hasta que un personal policial lo identifica como un amigo personal por lo que procedió a expresárselo al fiscal, con un alto grado de profesionalismo y responsabilidad, detener al autor y esclarecer el hecho, lo que habla del buen material humano con el que contamos, capacitado y honesto».

Redacción

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