Frente a lo desconocido, lo inexplicable y el dolor, suelen eclosionar las miradas conspirativas. Pasa en general, en todos los aspectos de la vida, y también en particular, como en el campo de la salud. Y si de salud se trata, una enfermedad emblemática, cuya cura la ciencia persigue desde hace años, es el cáncer.
Una encuesta realizada por Pulsar.UBA -el observatorio de la Universidad de Buenos Aires especializado en el estudio de la opinión pública-, interrogó a argentinos de todo el país sobre temas relacionados con la ciencia y algunas respuestas que reflejan las creencias de la mayoría de la gente resultan sorprendentes.
Uno de los tópicos fue que los encuestados consideraran cuán de acuerdo estaban con la siguiente frase: “La cura para el cáncer existe, pero está oculta al público por intereses comerciales”. El 67 por ciento dijo estar de acuerdo con esa afirmación, mientras el 29 por ciento dijo que no y el 4 por ciento se abstuvo.
La respuesta fue desglosada luego en función de dos características de los encuestados: su creencia en Dios y el nivel educativo. En el primer caso, entre los muy creyentes el acuerdo con la frase sobre la cura del cáncer aumentó al 71 por ciento. A medida que la fe religiosa bajaba, la mirada conspirativa hacía lo mismo: entre los que indecisos en la creencia en Dios sólo el 53 por ciento dijo estar de acuerdo con la afirmación. Y entre los no creyentes, el 43 por ciento.
Lo mismo ocurrió con el nivel de estudios. Entre los que sólo cursaron la primaria y la secundaria, el 73 y el 74 por ciento -respectivamente- alimentó la teoría conspirativa de que la cura contra el cáncer existe pero no se da a conocer por intereses comerciales. En cambio, entre los que accedieron al nivel terciario y universitario, esa creencia bajó al 56 por ciento.
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Una frase que dispara miradas conspirativas
“La cura para el cáncer existe, pero está oculta al público por intereses económicos”
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Fuente: PULSAR UBA Infografía: Clarín
Como sea, en todas las clasificaciones la mirada conspirativa sigue siendo alta. “El alto nivel de acuerdo con esta afirmación trasciende ideologías, edades o niveles educativos. Esta creencia revela una sospecha estructural: frente a lo que no se entiende o lo que duele, aparece el fantasma de la manipulación”, analiza el trabajo.
La encuesta se realizó a 1.250 personas mayores de 18 años de todo el país. “En un contexto donde las certezas se fragmentan y conviven con explicaciones diversas sobre el mundo -científicas, religiosas, conspirativas-, este informe busca capturar cómo se construye hoy ese vínculo entre sociedad y ciencia en la Argentina”, dice el trabajo de la UBA.
Las miradas conspirativas en el campo de la salud no son nuevas y tuvieron una fuerte expresión en un momento clave de la humanidad, en el que justamente la salud lo copó todo: la pandemia de Covid. Entonces afloraron tanto discursos antivacunas -con todo tipo de teorías sobre el contenido de esos fármacos elaborados en tiempo récord- como sospechas de que el virus había sido creado en laboratorio y liberado como un arma letal.
La lucha contra el cáncer
Lo cierto es que en la lucha contra el cáncer -enfermedad que mata a 10 millones de personas por año en el mundo- la ciencia viene avanzando y encontrando nuevas estrategias farmacológicas para mantener a raya diferentes tumores, algunos de los cuales gracias a los tratamientos oportunos pueden curarse, o tienden a devenir en crónicos, o al menos han permitido prolongar la vida de los enfermos.
Dentro de ese concierto, el pembrolizumab es hoy el anticuerpo monoclonal contra el cáncer más exitoso. Se indica contra 15 tipos de cáncer, entre ellos el melanoma, el cáncer de pulmón y el de mama. En 2024 facturó 29.500 millones de dólares a nivel global. Un récord: nunca antes un medicamento había alcanzado esa cota.

Según datos oficiales, Argentina reportó en 2024 más de 130 mil nuevos casos de cáncer, con una tasa de incidencia de 212,4 por cada 100 mil habitantes. La tasa de mortalidad por cáncer en el país fue de 140,79 muertes por cada 100 mil habitantes. El cáncer de mama es el más común en mujeres, con 21.631 casos anuales, y el cáncer de próstata es el más común en hombres, con 12.836 casos anuales.
Más allá de los avances logrados, ¿sería posible pensar en “la cura” del cáncer? Hoy la mayoría de los científicos no se inclina por ese consenso, sino más bien por la medicina de precisión para atacar cada tipo de cáncer y las mutaciones genéticas que motorizan los tumores que pueden alojarse en diferentes órganos. En paralelo, otro estudio conocido recientemente en Israel ha dado en el clavo con un “gen maestro” del cáncer, al que anularon y consiguieron que los tumores se reduzcan.
En cuanto a la creencia enquistada en los argentinos sobre la cura del cáncer, disparada por este escenario multifactorial, los investigadores de Pulsar.UBA concluyen: “Parece ser que el conocimiento ya no es incuestionable. O, por momentos, poco asequible. Eso genera un proceso de pluralización de verdades: combinaciones fragmentarias de ciencia, religión, rumores y sospechas. La verdad científica coexiste de manera contradictoria con otras formas de sentido”.
PS