La selección boliviana juvenil emprendió vuelo este jueves hacia Argentina, donde disputará dos amistosos antes de instalarse en Doha. La Verde busca llegar con ritmo y confianza a su primera cita mundialista Sub-17 tras 38 años de ausencia.
La selección boliviana Sub-17 comenzó este jueves la recta final de su preparación rumbo al Mundial de Catar 2025. El equipo, dirigido por Jorge Perrotta, partió desde el aeropuerto internacional de Viru Viru con destino a Buenos Aires, donde disputará dos partidos amistosos previos a la cita mundialista que iniciará el 3 de noviembre.
La delegación nacional está compuesta por 19 jugadores, aunque se espera que en suelo argentino se sumen tres futbolistas que militan en clubes del exterior. El cuerpo técnico planificó este microciclo en territorio argentino para ajustar detalles tácticos y dar rodaje competitivo al grupo antes del viaje definitivo a Medio Oriente.
“Nos hemos preparado con intensidad, estamos con muchas ganas y felices por esta oportunidad. Tenemos la ilusión de hacer una gran presentación en la Copa del Mundo”, declaró el seleccionador Jorge Perrotta antes de abordar el vuelo. El entrenador resaltó además el acompañamiento constante de Óscar Villegas, quien supervisa de cerca el trabajo del plantel.
Según la planificación oficial, la Sub-17 disputará dos amistosos en Buenos Aires ante rivales por confirmar. Tras ello, el combinado retornará a Santa Cruz el 22 de octubre para cumplir un breve descanso y, al día siguiente, emprender el viaje a Doha, la capital catarí. En suelo mundialista, el plantel prevé jugar otros dos partidos preparatorios antes del debut.
El estreno de la Verde será el lunes 3 de noviembre (8:30 HB) frente a Sudáfrica, en un duelo clave para comenzar con el pie derecho. Luego, Bolivia enfrentará a Italia el 6 de noviembre (8:30 HB), considerado el rival más duro del grupo por ser el vigente campeón europeo de la categoría. Finalmente, cerrará la fase de grupos el 9 de noviembre (11:30 HB) frente al anfitrión, Catar.
La ilusión es grande y el objetivo está claro: competir con personalidad, mostrar el progreso del fútbol formativo nacional y dejar en alto el nombre del país tras casi cuatro décadas sin presencia en un Mundial Sub-17.
El regreso de Bolivia a esta competencia se concretó gracias a la histórica clasificación obtenida en el Sudamericano Sub-17 de Colombia, donde el equipo verde mostró un juego sólido y ordenado que le permitió asegurar su boleto a la cita mundialista.
Con la ilusión intacta, la Sub-17 afronta sus últimas pruebas antes de representar a Bolivia en el escenario más grande del fútbol juvenil. El sueño mundialista está en marcha, y la próxima parada es Buenos Aires.