14.9 C
Buenos Aires
lunes, octubre 6, 2025

La topografía de Córdoba

Más Noticias

No es sólo un dicho: somos un pozo.

Es parte de la refranería citadina decir que la ciudad de Córdoba es un pozo. Fraseología popular que asienta sus bases en un hecho puramente científico, fáctico y real: Córdoba está (y es) un pozo. Los nombres de los barrios y los accidentes geológicos que se nos pasan de vista.

Casi como un mito urbano, desde los tiempos sin tiempos hemos escuchado esta idea de que la ciudad de Córdoba es un pozo. Sin más, un pozo, una hondonada, un embudo al que caemos sin buscarlo.

¿Pero cuán cierta es esta idea de pozo? ¿Cuán real es que la topografía urbana de la gran urbe que nos alimenta y a su vez nos come cada día simula ser un plato sopero desde cuyos bordes nos sostenemos para no caer en la tentación?

Ni mito ni exageración. El corazón de la urbanidad cordobesa desciende hacia el centro de la tierra como un tobogán resbaloso y luminoso. ¿Cuantos metros de tobogán tenemos? ¿Cuánto más abajo de todos y de todas está la plaza San Martín, el Cabildo, la Catedral, el imperio jesuita que fuimos alguna vez?

Si tomamos la referencia del Observatorio, el lugar que buscó Sarmiento para ver más de cerca las estrellas, el centro de Córdoba está hundido 35 metros. En cambio, si tomamos la media de 670 metros sobre el nivel del mar en que se encuentra la ciudad, la trama pensada por los conquistadores queda mucho más abajo: la plaza San Martín y sus alrededores, ese verdadero plato hondo cubierto de cemento, tiene una profundidad de más de 200 metros por donde se escapan nuestros sueños más fugaces.

Lo cotidiano, en Córdoba, a veces no se vuelve mágico. De ser así, tendríamos presente por qué Alta Córdoba se llama como se llama: porque era el borde del embudo. Las barrancas de la Alta Córdoba, como las de Colinas de Vélez Sarsfield, Altos de General Paz, Altos de San Martín y tantos otros nombres de barrios, fueron conquistadas por la trama urbana. Trama urbana que borró esos accidentes topográficos y nos hizo olvidar nuestra condición de pozo urbanizado.

Esta idea, perdida en la noche de los tiempos, queda al resguardo bajo la pluma de uno de los mejores escritores argentinos, cuya relación con Córdoba fue de amor y odio eterno. Escribió Sarmiento en el Facundo:

 Es verdad que el viajero que se acerca a Córdoba busca y no encuentra en el horizonte la ciudad. Al fin el arriero le dice: vea, ahí… abajo, entre los pastos… Y en efecto, fijando la vista en el suelo y a corta distancia, vense asomar 1, 2, 10 cruces seguidas de cúpulas y torres de los muchos templos que decoran esta Pompeya de la España de la Edad Media.

Sarmiento, en ese encono que tendría con la ciudad más católica del continente, quizás exageró un poco. Pero su perspectiva, como la de todos los viajeros que llegaban por entonces, era real: Córdoba estaba, y está, hundida en un pozo. Hablamos de topografía. Del resto de los pozos hablamos en otro momento.

Redacción

Fuente: Leer artículo original

Desde Vive multimedio digital de comunicación y webs de ciudades claves de Argentina y el mundo; difundimos y potenciamos autores y otros medios indistintos de comunicación. Asimismo generamos nuestras propias creaciones e investigaciones periodísticas para el servicio de los lectores.

Sugerimos leer la fuente y ampliar con el link de arriba para acceder al origen de la nota.

 

- Advertisement -spot_img

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

- Advertisement -spot_img

Te Puede Interesar...

Policía Federal desbarató un punto de venta de drogas en Pinamar: un detenido y gran cantidad de estupefacientes secuestrados

La Policía Federal Argentina (PFA) desbarató un punto de venta de drogas en Pinamar y detuvo a un hombre...
- Advertisement -spot_img

Más artículos como éste...

- Advertisement -spot_img