El Consejo Superior de la Universidad de Buenos Aires aprobó por unanimidad la declaración de emergencia salarial para su personal docente y no docente. Según informaron, los ingresos de los trabajadores sufrieron una caída de casi el 50% en 2024 y continúan deteriorándose en 2025.
Las autoridades de la Universidad de Buenos Aires (UBA) ratificaron la emergencia salarial de sus trabajadores ante la alarmante pérdida del poder adquisitivo. Según el Consejo Superior, los sueldos docentes y no docentes cayeron casi un 50% en 2024 y la situación sigue agravándose en los primeros meses de 2025.
A través de una resolución, la universidad manifestó su “profunda preocupación” por el impacto que esta crisis tiene en las funciones esenciales de la institución, como la enseñanza, la investigación y las tareas asistenciales. En ese sentido, instaron a los Ministerios de Capital Humano y de Economía a convocar reuniones paritarias para ajustar los salarios de acuerdo con la inflación.
Uno de los ejemplos citados en la resolución es el caso de los médicos residentes que ingresan en hospitales universitarios, quienes perciben aproximadamente 900.000 pesos en mano. Además, destacaron que la UBA es responsable de la formación del 80% de los médicos del país y más del 90% de los odontólogos y veterinarios.
Lucille Levy, consejera superior de la UBA y ex presidenta de la Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA), remarcó que esta situación trasciende lo partidario y afecta directamente al desarrollo del país. “No es una cuestión política, sino una cuestión estructural para la Argentina”, afirmó, y destacó que la comunidad universitaria está dispuesta a movilizarse “cuantas veces sea necesario” en defensa de la educación pública.
Por su parte, Matías Ruiz, secretario de Hacienda de la UBA, advirtió que la recomposición salarial otorgada por el Gobierno es insuficiente y se encuentra por debajo de la inflación medida por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC).
Un 2024 marcado por los reclamos salariales
El año pasado estuvo atravesado por una serie de protestas y huelgas en las universidades públicas debido a la falta de actualización salarial y la reducción del presupuesto universitario.
Uno de los hitos más importantes fue la Marcha Federal Universitaria del 23 de abril de 2024, una movilización masiva en rechazo al ajuste presupuestario. En junio, ante la falta de avances en las negociaciones con el Gobierno, los gremios docentes y no docentes llevaron adelante dos paros de 48 horas.
En agosto, la situación se agravó tras una oferta salarial del 3% para ese mes y del 2% para septiembre, lo que derivó en nuevas medidas de fuerza. En octubre, la segunda Marcha Federal Universitaria volvió a poner en agenda el reclamo por mejores condiciones salariales y mayor financiamiento.
La declaración de emergencia salarial por parte de la UBA se suma a estos antecedentes y marca un nuevo capítulo en la lucha del sector universitario por recomponer los salarios y garantizar el normal funcionamiento de la educación pública en Argentina.