El Ayuntamiento de Barcelona ha iniciado las obras de reforma de la Bòbila Carmen, que dejó su actividad en el 2008 y que albergará actividades asociativas y culturales en el barrio de la Teixonera. La rehabilitación a cargo de AM arquitectos costará 6,3 millones de euros y se prevé que dure 18 meses. La obra quitará el polvo y sacará a relucir la la única fábrica de ladrillos que queda en Barcelona.
Con 55 metros de largo y 14 de ancho, el edificio tiene dos plantas de unos 780 m2 muy distintas entre sí, una pesada, donde se horneaban los ladrillos y una ligera y diáfana. En la planta baja se dividirá el espacio en 10 salas de uso polivalente. En los extremos se situarán las escaleras, ascensores y servicios. En la planta primera se alojarán almacenes, vestidores, una gran sala, espacios para ensayar y una zona polivalente.
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Jesús Sancho

La estructura se reforzará y se replicará el tejado a dos aguas y la celosía cerámica. La estrategia térmica con la que se construyó el edificio de 1906, en el que los materiales de la fachada iban soltando poco a poco el calor que se generaba en los hornos, se aprovechará en la renovación.
Se podrá entrar desde las dos plazas en las que se inscribe la tejería, la de Adolf Marsillach y Numen Maestro, a través de un vestíbulo que atraviesa el volumen. En el exterior queda contemplado suavizar el desnivel y mejorar la conexión con la calle Trueba incluyendo un banco y un espacio verde, en un segundo proyecto que necesitará de 5 meses para realizarse.