Desde Salta
Desde las 16.30 y con 26 grados, comenzaron a reunirse estudiantes, docentes, no docentes y egresados de la Universidad Nacional de Salta en el Monumento 20 de Febrero para dar inicio a la Tercera Marcha Federal Universitaria. Pasadas las 17, el murmullo de la concentración se interrumpió en un silencio expectante por la votación en el Congreso. Cuando se confirmó el rechazo al veto presidencial –174 votos afirmativos, 67 negativos y 2 abstenciones–, el espacio del monumento estalló en gritos. Y se repitió el canto que sonaba dentro del Congreso: “Universidad de los trabajadores, al que no le gusta, se jode, se jode”.
Minutos después, la columna encabezada por autoridades universitarias y gremiales comenzó a marchar por las calles céntricas en un clima de algarabía y alivio. «Es diferente marchar sabiendo que logramos voltear el veto», dijo una docente que sostenía una bandera de la Facultad de Humanidades. Carteles y banderas con consignas en defensa de la educación pública y contra el ajuste de Milei marcaron el paso hacia la plaza 9 de Julio.
“Por fin nuestros representantes se han puesto del lado del pueblo”, celebró Stella Mimessi, secretaria general de Apunsa. Pero alertó que «esto no termina acá» porque «Milei ya nos tiene acostumbrados a judicializar y vamos a seguir movilizados frente al recorte extremo que plantea en el Presupuesto 2026”.
Para Cristina Sanz, decana de Ciencias Naturales, el rechazo al veto significó “un pequeño triunfo, porque la lucha mayor es por un presupuesto digno”. Y advirtió: “Estamos en crisis total, no solo las universidades, también jubilados y la salud pública. El Congreso está respondiendo a la calle, y eso da esperanza”.
La emoción también alcanzó a egresados y estudiantes. Belén Puca, recibida en la UNSa, manifestó que “Milei quiere un país ignorante», donde sea «más fácil gobernar a gente que no sepa leer sus derechos». En contrapartida, «la universidad pública es la posibilidad de soñar”, sostuvo. Para María Chachagua, docente y directora de la carrera de Comunicación, significó «un gran logro que hay que celebrar, aunque sabemos que faltan muchas luchas”. Contó que la precarización docente es brutal, y tomándose como ejemplo dijo que trabaja en cuatro instituciones para llegar a fin de mes. No obstante, dijo: «el compromiso con la universidad pública nos convoca a seguir y es nuestra forma de transformar la realidad”.
María Rita Martearena, vicerrectora de la UNSa, destacó que el rechazo a los vetos da «un respiro» ya que las universidades nacionales están en una situación crítica e incluso «el presupuesto que propone Milei para 2026 es el mismo que en 2025, lo cual sería insostenible”.
La marcha avanzó entre aplausos de transeúntes y cerró en la plaza central con las intervenciones de autoridades universitarias, gremiales y estudiantiles. Fueron al menos cinco cuadras de personas reunidas en las calles en defensa del sistema universitario, reclamo que se unió con la emergencia pediátrica, otro de los vetos que el Congreso rechazó.
La pulseada también atravesó a la política salteña. Los votos fueron los mismos que en agosto: a favor del financiamiento universitario estuvieron Emiliano Estrada (UxP), Pamela Calletti, Pablo Outes y Yolanda Vega (Innovación Federal); en contra, Carlos Zapata, Emilia Orozco y Julio Moreno (La Libertad Avanza).
En la previa, el gobernador Gustavo Sáenz había reclamado públicamente a los legisladores del NOA y el NEA que apoyaran la ley: “Defendamos las oportunidades de esos miles de jóvenes que quieren cumplir un sueño en la universidad y tener un futuro”, pidió en un mensaje que marcó distancia con la Casa Rosada.
En el recinto, Calletti sostuvo que “no se puede gobernar a base de vetos”; subrayó que la educación superior es “la única posibilidad de movilidad social ascendente”. Vega, por su parte, remarcó que la inversión en salud y educación “no es un gasto irresponsable, sino un derecho de todos los argentinos”.
Pasadas las 19.30, las columnas comenzaron a desconcentrarse en el casco histórico, ratificando que la universidad y la salud públicas no se negocian.