Por Giancarlo Quadrizzi*
Hoy en día, estamos atrapados como simples espectadores que vemos una filmación o registramos material nosotros mismos; y de un momento a otro, puede eliminarse este video y, como resultado, eliminar una realidad. En este sentido, creo que deberíamos reclamar la existencia de políticas de cuidado, en un contexto en el que estamos sitiados por una cultura de la cancelación.
Actualmente se “cancela” todo a través de las redes sociales: se puede borrar y bloquear algún contenido o usuario. Esto tiene que ver con una cantidad de poder que, aparentemente distribuida de modo democrático, uno puede acceder a una aplicación y viralizar mensajes. Pero esto es mentira, porque no cualquiera puede acceder a un dispositivo móvil, y sobre todo no cualquier información o comentario puede ser viralizado.
En estos tiempos se está instalando de un modo preocupante una cultura de la cancelación que genera modelos identificatorios que resultan muy fáciles a la hora de darle identidad a quienes están devastados en sus propios contextos y no quieren que los miren. A su vez, pueden encontrar en esas formas una manera de ser mirados de buena manera.
La cultura de la cancelación en el contexto educativo
A través de un comunicado, el Gobierno de la provincia de Buenos Aires reconoció que el problema existe; pero no hay que echarle la culpa enteramente al docente de todo lo que sucede en las aulas. Por supuesto que ellos necesitan formación y deben estar atento a lo que pueda ocurrir, pero debe haber un contexto de políticas que hagan que esos cuidados sean factibles.
Además, necesitan de un contexto cultural en donde la cancelación del otro no sea la primera opción. Es así como las autoridades bonaerenses instan a dejar de ser espectadores y pasar a ser testigos. Un espectador goza del espectáculo que está viendo, mientras que el testigo se compromete e involucra, de manera de dar testimonio y hacerse cargo de lo que está viendo.
Por eso debemos tener en cuenta todos los roles que podemos tener como sociedad, ya sea generando capacidades con instituciones que regulen y pongan límites. Esta no es una solución individual, se trata de un trabajo articulado entre los docentes, los estudiantes y las familias.
*Licenciado en Psicología (MP 81.769).