El gremio de los choferes no se sumará al paro general convocado por la CGT contra el gobierno de Javier Milei. Sospechas internas por un posible acuerdo con la Casa Rosada para debilitar la medida de fuerza.
El tercer paro general de la CGT contra el gobierno de Javier Milei quedó condicionado antes de comenzar. La Unión Tranviarios Automotor (UTA), conducida por Roberto Fernández, resolvió acatar la conciliación obligatoria dictada por la Secretaría de Trabajo y garantizará el funcionamiento del servicio de colectivos durante la jornada de este jueves.
Desde el entorno del presidente celebran la decisión como un golpe a la eficacia de la medida de fuerza, ya que el transporte terrestre es clave para la adhesión masiva. Mientras tanto, en el seno de la CGT crecen las sospechas por un posible acuerdo político entre el gremio de choferes y el Gobierno nacional, para debilitar el paro.
“Adhieren pero no paran”
El conflicto se originó cuando la UTA convocó a un paro propio en reclamo de aumentos salariales, previsto para el viernes 28 de marzo. Sin embargo, el gobierno de Milei, a través del secretario de Trabajo Julio Cordero, dictó la conciliación obligatoria el día anterior, el jueves 27. Esto activó un período de 15 días corridos durante el cual el gremio no puede realizar medidas de fuerza. Justo en el medio, cayó la convocatoria de la CGT.
“La conciliación rige durante 15 días y el paro general cae justo en el día 14. Tiene que acatar”, aseguraron desde la Secretaría de Trabajo a Ámbito. En la CGT deslizan que la jugada fue orquestada, ya que la medida gremial previa permitió al Gobierno blindar el transporte público justo el día del paro.
Desde la UTA, sin comunicado oficial, informaron que «adherirán simbólicamente» al paro pero cumplirán la conciliación, por recomendación de sus abogados. Aseguran que no acatarla podría derivar en sanciones, despidos y complicaciones legales, en un contexto ya marcado por la reducción de subsidios al sector y los sueldos rezagados.
Transporte dividido
A diferencia de la UTA, otros gremios del transporte sí se sumarán al paro general. La Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT), liderada por Juan Carlos Schmid, confirmó su participación plena en la medida y anticipó que en los próximos días ofrecerán una conferencia de prensa para detallar el impacto de las políticas oficiales en el sector.
Así, el paro del 10 de abril tendrá adhesión parcial: habrá trenes, aviones y subtes paralizados, pero los colectivos funcionarán con normalidad en todo el país. Una decisión que generó alivio en el Gobierno y ruido en el corazón mismo del sindicalismo argentino.