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viernes, noviembre 14, 2025

La venganza poética de las adultas mayores: Luciano Delprato y el gesto inevitable de “Fantasmáticas”

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Hay actos teatrales que son, en sí mismos, un manifiesto. “Fantasmáticas”, la obra que ha devuelto el pulso a la sala Mayor del Teatro Comedia, es uno de ellos. Es, en palabras de su director, Luciano Delprato, una “declaración de principios” y, sobre todo, una “venganza poética”.

Bajo la dramaturgia de la sanjuanina Tania Leyes, y como parte del programa federal “TNC Produce en el País” del Teatro Nacional Cervantes, la obra inauguró su temporada en Córdoba el pasado 24 de octubre. La programación prevé un total de 13 funciones, con una contundencia que va más allá del aplauso. Arrancó “espectacularmente bien”, confirma Delprato, “con funciones repletas y una recepción del público muy buena”.

La idea del programa “TNC Produce en el País” es contener integralmente la producción teatral local. El equipo técnico está integrado por Agustina Charra el diseño de iluminación; Carolina Figueroa y Billy Petrone en diseño de vestuario; un amplio grupo de realizadores de escenografía que trabajaron junto a Delprato y la música original de Pablo Cécere.

El regreso y la revancha

El plus de “Fantasmáticas” es la oportunidad de ver en escena a tres actrices emblemáticas del teatro independiente de Córdoba: Nora Sommavilla, Sara Estrella Rohrstock y Amalia Freytes. “Muchas de ellas”, señala Delprato, “hacía nueve o diez años que no estaban arriba de un escenario. Entonces, tiene también un significado emocional particular para ellas y para el público que se reencuentra”.

El título, en clave espectral, es una comedia negra que se toma “con muy poca solemnidad el asunto de la vejez”. La obra sigue a tres antiguas glorias de la escena nacional —Eunice, Esmeralda y Estrella—, exiliadas en un teatro abandonado que, entre “recuerdos, delirios y ensayos interrumpidos, intentan volver a crear y a ser vistas, mientras enfrentan los prejuicios que recaen sobre la vejez: la invisibilidad, la inutilidad y el olvido”, detalla la sinopsis.

El concepto de “venganza poética” nació de ahí. “Era una cosa divertida que se me ocurrió para pensar en el teatro, que siempre da revancha. Siempre hay una nueva función, un nuevo ensayo, un nuevo proyecto que te permite regresar al ruedo”, se sincera Delprato. La obra que los espectadores ven es, también, la obra que ellas preparan. Un juego de espejos donde se reflejan el teatro, la tercera edad y la gloria.

La sabiduría incandescente del cuerpo

En una cultura que idolatra lo efímero, Fantasmáticas opone la densidad de la experiencia. El director es tajante: “Imagínate que estas actrices hace 50 o 60 años que están arriba de un escenario. Lo que tienen para ofrecerte, lo que vas a ver, es algo que un cuerpo de 20 años no te va a poder ofrecer nunca”.

No se trata solo de memoria, sino de una fisicalidad cargada de sentido. Es “la sabiduría del paso del tiempo, la templanza que da el oficio y también la presencia incandescente de los cuerpos”. Delprato reflexiona sobre cómo la percepción del cuerpo muta con los años: ”Cuando uno es más joven, el cuerpo es algo que uno da por sentado. Con el tiempo, se vuelve una presencia más contundente, innegable. Y el teatro se favorece mucho con la presencia contundente de los cuerpos”.

HDC: ¿Por qué crees que la dramaturgia o los espectáculos más masivos dejan de lado a personas de la tercera edad? ¿Y qué necesidad hay de trabajos que aborden esta temática e incluyan a estos actores?

Luciano Delprato (LD): Creo que es un reflejo de una desidia y un rechazo que una gran parte de la sociedad tiene hacia los adultos mayores. Pensemos en las represiones en Plaza de Mayo los miércoles a los jubilados que reclaman por la miseria que cobran. Te pongo esto como ejemplo de que, finalmente, la escena no está exenta de reflejar una relación muy conflictiva que tenemos con nuestra propia adultez, con el propio paso del tiempo sobre el cuerpo.

Lo obsceno: Teatro contra la obsesión por lo nuevo

Es difícil pensar en el campo de la creación artística como una rama ajena a la realidad. «Vivimos en una sociedad obsesionada con la juventud eterna, con detener el tiempo. Entonces, las personas grandes nos recuerdan y nos muestran ese rostro que parece que la sociedad no quisiera ver, que se quiere ocultar». Es aquí donde el director introduce un concepto etimológico clave: «Finalmente, la tercera edad se vuelve algo obsceno, que significa literalmente lo que debería estar ‘fuera de escena’, lo que no debería ser visto».

Esta obsesión por lo nuevo también permea los campos artísticos, que buscan «lo fresco». «Y eso, lamentablemente», critica Delprato, «a veces se asocia con torpeza a la juventud cronológica. Porque una persona de 80 años puede traer la novedad más reluciente y jamás vista a la escena del modo más insospechado». El dramaturgo añade: “El arte debería ser una forma de la juventud instantánea y constante, no ligada a una edad cronológica, sino a la práctica de la creatividad, que es un juego y siempre te rejuvenece”.

Un sentido político

El programa “TNC Produce en el País” impulsa la creación “desde y para las comunidades de cada región”. «El estatuto del Teatro Cervantes exige que las actrices sean seleccionadas en una audición pública, justamente para garantizar que la mayor cantidad de personas tenga oportunidad de acceder a eso, que finalmente es también un espacio laboral», explica Delprato.

La convocatoria tuvo lugar en la primera mitad del 2025 y participaron 47 actrices de las que fueron seleccionadas Nora Sommavilla, Sara Estrella Rohrstock y Amalia Freytes. La audición reveló dos cosas: un talento oculto y una urgencia evidente. «Nos encontramos con muchísimo talento», dice Delprato, «y descubrimos el sentido más profundamente político que tenía montar el espectáculo, porque había, evidentemente, una gran necesidad por parte del medio de papeles y proyectos de esta naturaleza».

Este mismo sentido democrático impregna la accesibilidad de la obra. Las 13 funciones de Fantasmáticas son gratuitas. “Nos parece importante tomar medidas para garantizar lo más posible el acceso de la ciudadanía a las producciones de los teatros públicos”, subraya el director, “porque básicamente son espectáculos que el ciudadano ya pagó con sus impuestos. Es importante encontrar los mecanismos para que ese teatro, hecho con fondos públicos, regrese como un bien cultural a toda la población”.

El teatro como casa de espectros

El título, Fantasmáticas, es la llave final. Delprato desdobla su significado en dos acepciones. La primera es inherente al arte mismo: “Hay algo de lo fantasmal que es inherente a lo teatral. Finalmente, un espectador es alguien que está allí viendo espectros. De allí viene la palabra; spectrum en latín significa ‘imagen’. El teatro está construido de espectros. Sobre los cuerpos reales de actores y actrices, aparecen los fantasmas de Lady Macbeth o de Ofelia”.

La segunda acepción abraza la temática de la obra con una ternura inesperada: «Y, en segundo lugar, juega justamente con pensar que cuando uno se va haciendo viejo, está más cerca de transformarse en un fantasma. Y que quizás, si tenemos suerte y vivimos una vida plena, seremos fantasmas amigables, habitando la memoria de quienes nos sobrevivan, nos extrañen y nos recuerden».

El juego de espejos en Fantasmáticas.
Tres antiguas glorias del teatro planean su regreso triunfal.

Contra la era de la crueldad

¿Qué se lleva el público a casa? Delprato ríe ante la consulta de este cronista. “Mirá, la respuesta más honesta sería que no tengo la menor idea”. Pero sí confiesa una aspiración utópica, un deseo doble. Primero, que el público se divierta. “A veces uno imagina que divertirse y pensar son operaciones divergentes, y yo pienso todo lo contrario: que solamente se logra una idea diversa a través de la diversión. La diversión te diversifica, te multiplica, te amplifica”.

Segundo, que se enternezca: “Porque la ternura, la blandura, nos permite sensibilizarnos más. Hay un enorme acervo de sabiduría en lo sensible, no solo en la razón. Mientras más tiernos o ablandados emocionalmente por lo que vemos, más tenemos para aprender de nosotros mismos”.

En tiempos definidos por la violencia constante, “Fantasmáticas” apuesta por la emoción como un acto de resistencia. “Sigue siendo de nuestra parte, en esta época tan difícil, una declaración de principios. Intentar hacer un espectáculo que sea divertido, tierno y emocionante nos parece una manera de sentar posición frente a esta era de la crueldad”.

Para ver:

La propuesta se exhibirá los días 14, 15, 20, 21, 27, 28 y 29 de noviembre, a las 20, en el Teatro Comedia (Rivadavia 254). En todos los casos la función es gratuita. Las entradas se pueden reservar a través de este enlace.

Redacción

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