La leyenda narra que el indómito Potro Bragado, sediento de libertad, solía beber en el extenso ojo de agua cercano. Codiciado por soldados y habitantes, quienes ansiaban su fuerza, intentaron domarlo. Antes de someterse a la esclavitud, el animal eligió el abismo. Su heroica rebeldía legó su nombre al pueblo, uniendo para siempre a la comunidad con el caballo y la laguna.
Por estos días, la laguna de Bragado se ha convertido en un importante centro de recreación, atrayendo tanto a visitantes como a los lugareños. Si bien sus aguas no son aptas para balneario, el ámbito ofrece un espacio ideal para la pesca deportiva, paseos en bote y diversas actividades náuticas. Además, un club privado ofrece servicios de equitación y equinoterapia, evocando la leyenda y complementando un entorno natural que, por su belleza y singularidad, contrasta agradablemente con el paisaje de la región.
En tiempos que muchas lagunas se fueron recuperando, se puede decir que Bragado es una de las pocas de las que faltaba ser noticia para mencionarla. Por supuesto, la noticia tiene que ver con la aparición del pejerrey después de varios años. Aún tímida, pero presencia al fin. En recientes años, sufrió como tantas otras la sequía, y cuando recuperaba agua, la pesca era magra con especies no tan calificadas por muchos como ser bagaritos, carpas y mojarras. Finalmente, un día volvió a una cota interesante y en la actualidad han regresado los pejerreyes, que, si bien no son matungos, descubrimos que está bien poblada.
Los resultados varían dependiendo del aficionado y de las ganas que tenga el pez de picar. Hay días que se puede hacer una cosecha interesante de una docena de ejemplares y otros donde la actividad desaparece. Alimentada por el Canal Mercante, también llamado Cafiero, la ubicamos en Parque General San Martín, y la pesca se realiza desde orilla. Se pueden hacer los intentos tanto a flote como a fondo, con equipos tradicionales y mojarra chica como carnada, aunque no desdeña la lombriz o los filetes. El camarón anda, pero no se consigue por la zona y lo que es de destacar es que está muy voraz y su presencia se detecta con una corrida muy rápida y veloz, por lo cual hay que estar muy atentos.
Para alegría de muchos aficionados de la zona de influencia, es bueno saber que la laguna de Bragado está de vuelta. Quizás aún no justifique desandar decenas de kilómetros para intentar con los flecha de plata, pero si está cerca, es un buen plan para despuntar el vicio. A unos 200 km de la Ciudad de Buenos Aires por ruta 5 y muy cerquita del casco urbano local, los pejerreyes son opción y ya muchos se ilusionan con las hermosas tarariras en tiempo estival.