En verano hay dos cosas que se disparan: la temperatura y el gasto. Familias, parejas y grupos aprovechan julio o agosto para disfrutar de sus merecidas vacaciones, pero eso implica desembolsar en alojamientos, desplazamientos, comidas y cenas, planes… Las cuentas compartidas pueden ser la solución a estos meses de gastos para facilitar la operativa, simplificar la contabilidad y controlar los gastos.
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