Hubo un cambio importante en la forma de medir la inseguridad con la llegada de esta administración al gobierno. Importa analizarla y sacar conclusiones sobre los resultados que se presentaron en la evolución de las cifras para el primer semestre de 2025.
En primer lugar está el cambio institucional sobre el tema estadístico. El ministerio del Interior creó en efecto el Área de Estadística y Criminología Aplicada (AECA) con el objetivo de analizar e investigar mejor las cifras criminales y así aportar insumos estratégicos para la toma de decisiones en materia de seguridad pública.
¡Qué no hubiera dicho el Frente Amplio (FA) en 2020 si una de las primeras medidas de gobierno de la administración Lacalle Pou hubiera sido cambiar al equipo que llevaba adelante las estadísticas y que venía del tiempo de la administración frenteamplista! De hecho, a pesar de esa continuidad institucional y de recursos humanos, la izquierda igualmente se dedicó durante los cinco años a poner en tela de juicio la pertinencia y legitimidad de las cifras que arrojaban los estudios estadísticos y que, cada vez, mostraban mejoras sustanciales en materia de combate a los delitos.
En segundo lugar, están los datos que pueden compararse de un período a otro, es decir los del primer semestre de 2025 con los del primer semestre de 2024. Aquí importa una aclaración evidente: la nueva administración llegó al poder en marzo, porque lo que en dos de los seis meses de la primera mitad de 2025 la responsabilidad de la represión del delito estuvo en manos del gobierno de Lacalle Pou. Además, es claro que en estos meses no hubo cambios sustanciales en la forma de enfrentar los delitos, al punto incluso que el oficialismo izquierdista ha decidido llamar al diálogo amplio para definir nuevas políticas consensuales.
En definitiva la evaluación comparativa es el período de gobierno de Lacalle Pou en 2024, con sus políticas aplicadas en lo que corresponde al inicio del primer semestre de 2025 y su general continuación hacia el final de ese semestre. Así las cosas, los resultados de homicidios se mantienen altos pero bajando levemente: fueron 182 en el primer semestre de 2024 y fueron 179 un año más tarde. Se trata de un problema serio desde hace años y que definitivamente no sigue la evolución general fuertemente positiva de otras cifras de inseguridad.
Para el caso de las rapiñas, es decir los robos con violencia, las bajas del primer semestre de 2025 fueron importantes: en cifras redondas, de 9.500 en el primer semestre de 2024 se pasó a 8.000 al año siguiente. Esto es una mejora muy clara, que por lo demás va en el sentido de la evolución de años anteriores y que el informe del ministerio señala: la administración de Lacalle Pou recibió el país con más de 30.600 rapiñas por año en 2019, y lo entregó con menos de 17.500 en 2024.
Si en el actual segundo semestre de 2025 se mantuvieran cifras similares a las del primer semestre, las rapiñas podrían bajar al entorno de las 16.000 en el año, lo que sería el mejor resultado en más de doce años. Algo similar ocurrió con los hurtos, que en 2024 fueron algo más de 109.000 luego del terrible pico de más de 145.000 de 2018 durante la segunda administración Vázquez. En la comparación primer semestre 2024- primer semestre 2025, también se verificó una baja: de 56.453 pasaron a 51.652, lo que, ojalá, sea la señal de un resultado menor a los 100.000 casos en el total del año 2025.
Todos estos datos muestran dos cosas. Por un lado, que la política de seguridad del gobierno de Coalición Republicana dio grandes resultados: de manera general hubo mejores índices en 2024 que en 2019. Por otro lado, a vistas de la aceptación general de los datos presentados hace unas semanas por el ministerio, queda también muy claro que el FA ahora en el poder ya no pone en tela de juicio la pertinencia y fiabilidad de los resultados estadísticos sobre inseguridad. Todos ellos, ahora, ratifican las mejoras del gobierno anterior, a la vez que dejan en claro que en este primer semestre se siguió un camino que venía con un buen rumbo ya trazado en este sentido.
La evolución de este segundo semestre será clave. Si el FA en el poder cambia las políticas de seguridad y los resultados empeoran, ya no habrá duda para nadie de que la izquierda fracasa irremediablemente en este tema. Si, por el contrario, el FA deja que siga la inercia anterior y las cifras siguen mejorando, se ratificará nuevamente que sus críticas entre 2020 y 2025 fueron equivocadas.
¿Encontraste un error?
Reportar