Las entidades sociales atienden a 2.077.000 personas, 100.000 más que en el 2022, según indica el barómetro de la Taula del Tercer Sector de Catalunya del 2024, presentado esta mañana. Esta es la primera vez que se supera la barrera de los dos millones. Este último análisis es más amplio que los anteriores, pues en esta ocasión han participado 600 organizaciones, 100 más que dos años atrás, del total de las 3.000 integradas en la Taula.
Este barómetro culmina una exhaustiva radiografía de un sector cuyo impacto sobre el PIB catalán oscila entre el 0,6% y el 1,94%, y en ocupación, del 0,98% al 2,36%. Los autores del informe, la fundación Ferrer i Guàrdia y la firma KSNET, señalan que el hecho de que la capacidad de generar puestos de trabajo sea superior al PIB “refuerza la idea de que su fortaleza radica en la capacidad de crear ocupación más que valor añadido directo”. Al contingente de profesionales hay que sumar la labor de 525.000 voluntarios, remarcó Enric Morist, presidente de la Taula.
Los datos presentados hoy indican la tendencia al alza del número de personas vulnerables que precisan ayuda: de las 1.550.000 del 2016 se pasó a las 1.900.000 del 2022 y a los más de dos millones del 2024.
La Taula considera urgente fijar “criterios más claros y homogéneos para las subvenciones”
La mayoría de entidades son pequeñas, con ingresos inferiores a los cinco millones de euros anuales, y especializadas en los ámbitos de apoyo residencial, acompañamiento personal y atención psicosocial. Infancia, las personas mayores, las que tienen alguna discapacidad y las que sufren pobreza y exclusión social son los colectivos que requieren más apoyo.
Enric Morist ha reiterado la necesidad de establecer con las administraciones convenios más prolongados en el tiempo, para tener más seguridad financiera, y reclamó el reconocimiento del tercer sector como servicio público. Aunque la dependencia económica de las administraciones ha bajado del 56% al 51,2% en sus presupuestos, la Taula asume que sigue siendo elevada, lo que “genera inestabilidad y dificulta la planificación a largo plazo”. Los fondos propios han aumentado casi cuatro puntos, superando el 32%, mientras que los privados, es decir, las donaciones de empresas o de otras organizaciones, se mantienen en algo más del 16%.
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El barómetro subraya que la aportación pública es “inestable e insuficiente, lo que dificulta la liquidez y la capacidad de respuesta ante nuevas necesidades emergentes”. La Taula considera urgente fijar “criterios más claros y homogéneos para las subvenciones” además de implementar modelos de concertación y convenios plurianuales para tener “más estabilidad en la gestión de los proyectos”.
El 41% de las entidades tenía deudas pendientes de cobro de administraciones al cerrar el 2023
El 55% de los fondos públicos proceden de la Generalitat; el 27%, de los ayuntamientos; el 8%, del Estado, y el resto de las diputaciones, los consejos comarcales, la Unión Europea y de otras administraciones.
Cabe destacar que el 41% de las entidades encuestadas lamentaron que al cerrar el ejercicio del 2023 tenían deudas pendientes de cobro de las administraciones, un hecho que agudiza las tensiones de su tesorería. Las organizaciones de mayor tamaño tienen capacidad para contratar pólizas de crédito, mientras que las más modestas se han visto obligadas a retrasar la puesta en marcha de actividades. De media, esta deuda representa el 25% de sus presupuestos.
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También en referencia al ejercicio del 2023, “la mediana de ingresos de las entidades se sitúa en 828.800 euros, un 16% más que en el anterior barómetro”, en gran medida debido a los fondos europeos Next Generation. El margen de superávit fue del 2,6% de media, pero el 21% de las organizaciones registraron déficit.
El sector social aporta casi el 2% del PIB en Catalunya, según el barómetro presentado ayer
Del total del presupuesto, el 86% se destina a la atención directa de las personas, once puntos más que en el anterior barómetro, y el 14%, a mantener la estructura de las organizaciones.
La Taula ha vuelto hoy a poner sobre la mesa la necesidad de mejorar las condiciones laborales de sus equipos. Las dificultades para mantener sueldos adecuados deriva en “la precarización de los servicios e impacta negativamente en la capacidad para atraer y retener talento”. Asimismo, tanto las entidades como las administraciones prevén que el sector social “evolucione hacia modelos más especializados con una demanda creciente de perfiles cualificados para abordar problemáticas complejas”.
A modo de conclusión, la Taula reclama una colaboración más estrecha con las administraciones y abordar un sistema de financiación más estable que permita una planificación a largo plazo.