Con una sonrisa radiante, un look relajado pero elegante y rodeada de sus más íntimas amigas, Natalia Graciano festejó su cumpleaños este miércoles por la noche en uno de los restaurantes más chic de la Costanera porteña: Costa 7070.
La exmodelo celebró un nuevo año de vida en un ambiente cálido y distendido, donde no faltaron los brindis, las risas, las selfies espontáneas y un fuerte espíritu de amistad.

Entre las invitadas se destacaron figuras emblemáticas del mundo de la moda y el espectáculo como Dolores Trull, Andrea Bursten, Roxana Zarecki, Lorena Ceriscioli, la reconocida maquilladora Bettina Frumboli y la diseñadora Verónica Santesteban.

Todas llegaron con looks que combinaban lo casual con el glamour, predominando los tonos oscuros, texturas de encaje, animal print, transparencias y detalles sofisticados.

La celebración tuvo lugar en el moderno patio cerrado del restaurante, decorado con plantas naturales, techos vidriados y luces tenues que crearon una atmósfera íntima ideal para la ocasión. Desde la recepción se respiraba buena energía: abrazos, anécdotas compartidas y brindis que se multiplicaron entrada la noche.

Las fotos del encuentro no tardaron en circular por redes sociales. “Feliz cumple @natigraciano”, escribió Andrea Bursten en una historia de Instagram, mientras que otras invitadas sumaron mensajes como “Festejando la vida”, “Te adoramos” o “Linda, feliz cumpleaños”, demostrando el cariño genuino que le tienen a la anfitriona.
Entre copas de vino tinto y platos gourmet, no faltó el clásico momento de la torta, que fue celebrada con velitas, risas cómplices y coreografías improvisadas que marcaron el espíritu distendido del evento. Incluso, en una de las imágenes más virales del festejo, se ve a varias de las invitadas riendo a carcajadas mientras una de ellas, acostada sobre las rodillas de las demás, se roba el protagonismo con su simpatía.

Aunque se trató de un festejo íntimo, el grupo de amigas no dejó detalle librado al azar. Cada una aportó su estilo y personalidad a la celebración, en una noche que combinó elegancia, afecto y el placer de estar entre pares.

Natalia, por su parte, se mostró emocionada y agradecida por los mensajes recibidos, y aunque optó por un perfil bajo frente a los medios, dejó que las imágenes hablen por sí solas. La postal grupal final, con todas abrazadas bajo la luz cálida del lugar, fue el broche perfecto de una velada inolvidable.
Una vez más, el círculo de mujeres que marcaron una época en las pasarelas argentinas volvió a reunirse, esta vez no por trabajo ni moda, sino por el simple placer de celebrar juntas la vida.
