La exboxeadora sigue en terapia intensiva tras un ACV isquémico. Su hermano reveló cómo fueron los últimos momentos antes del colapso que obligó a una cirugía de urgencia.
Alejandra “Locomotora” Oliveras continúa internada en terapia intensiva en el Hospital Cullen de Santa Fe tras haber sufrido un ACV isquémico el pasado lunes. En las últimas horas, su hermano Jesús compartió detalles íntimos de lo que ocurrió antes del episodio que obligó a operarla de urgencia y que la mantiene con pronóstico reservado.
“Mi hermana viajó a Santa Fe con su hijo Alexis. Estaban viendo una película. Le dijo: ‘Levantame a las 9 que tengo que ir a jurar por lo de constituyente’”, relató Jesús en diálogo con América TV. Sin embargo, al día siguiente, Alexis la encontró tirada en la cama, confundida y sin poder mover la mitad del cuerpo. Llamaron a una ambulancia que llegó en apenas 10 minutos y la trasladó de inmediato.
Los médicos confirmaron que se trataba de un accidente cerebrovascular isquémico, que generó un síndrome confusional y parálisis del lado izquierdo del cuerpo. Aunque los profesionales esperaban una evolución dentro de las primeras 72 horas, la situación empeoró y fue necesaria una intervención quirúrgica para aliviar la presión cerebral.
Según explicó el cirujano que la operó, se trató de una “maniobra de salvataje”: le retiraron una parte del cráneo para liberar la inflamación. “Después de una operación tan grande, debe ser inducida a un coma por unos días”, explicó su hermano, que detalló que se encuentra con asistencia mecánica, y que en unos días se evaluará si puede ser retirada.
“Mi hermana es muy fuerte”, agregó Jesús. También reveló que desconocían que Alejandra era hipertensa, una condición que puede haber influido en el ACV. “Trabajé con ella muchos años, estábamos rodeados de médicos, pero no lo sabíamos”, lamentó.
Mientras la salud de la multicampeona mundial de boxeo se mantiene estable pero crítica, sus seguidores viralizaron un video donde Oliveras reflexionaba sobre la vida y la muerte:
“Cada día es un día menos de vida. Vos estás vivo, sos hermoso, tenés salud… eso no hay plata que la pague”.
“Yo no estoy triste nunca. Me levanto con garra. Si aparece un problema, lo peleo y le voy a ganar”, decía con su estilo inconfundible.
Oliveras, de 47 años, además de su legado deportivo, fue electa como convencional constituyente en Santa Fe, y se preparaba para asumir ese rol al momento de su descompensación.