En el pasado, los cazadores-recolectores que habitaban en Patagonia solían usar artefactos de molienda para procesar materiales, como granos o sustancias vegetales. Restos de esas herramientas fueron encontrados al sudeste del lago Colhué Huapi, en la provincia de Chubut.
Los estudiaron investigadores del Conicet y universidades públicas de la Argentina, quienes reportaron el hallazgo en la revista de arqueología Comechingonia.
El análisis de los artefactos indicó una intensificación en las actividades de molienda y una reorganización en las estrategias de subsistencia de los cazadores-recolectores que habitaron el área durante los últimos 1.500 años, antes de establecer contacto con poblaciones euro-criollas.
El descubrimiento fue realizado por María Eugenia Prieto, María Laura Ciampagna y Julián Eduardo Moreno, entre otros investigadores. Se llevó a cabo con fondos del CONICET y el Laboratorio de Arqueología y Antropología de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de la Patagonia.
Los investigadores pertenecen a diversas instituciones, entre las que se encuentran el Instituto de Diversidad y Evolución Austral, del Conicet y universidades como la Universidad Nacional de La Plata y la Universidad de la Patagonia San Juan Bosco.
Las piezas fueron elaboradas a partir de rocas disponibles localmente como basaltos, gabros y areniscas. Dan cuenta de un equipamiento tecnológico clave en la vida cotidiana de estas comunidades, posiblemente asociado a actividades económicas esenciales en la región.
La alta concentración de esos artefactos, así como su diversidad en formas y tamaños, destaca la importancia de la molienda como parte del aprovechamiento de los recursos, junto a otras tecnologías como la cerámica y herramientas específicas para la pesca.

Entre los resultados más relevantes, el científico Julián Eduardo Moreno resaltó en diálogo con Diario RIO NEGRO que la mayoría de los sitios con artefactos de molienda se encuentran en el fondo del valle, mientras que en las laderas estas herramientas son escasas.
Ese patrón de distribución posiblemente refleja cambios en los hábitos de asentamiento a medida que el entorno natural fue transformándose, debido a variaciones en los niveles del lago Colhué Huapi a lo largo del tiempo.
Los desafíos para el futuro
A pesar de los avances, el trabajo genera nuevas preguntas y desafíos. Por ejemplo, no se ha podido establecer con precisión el uso exacto de las herramientas de molienda. Si bien se propone que pudieron emplearse en la preparación de alimentos u otros materiales, como pigmentos o vegetales, los estudios específicos sobre residuos orgánicos y microrrestos aún están pendientes. Además, los investigadores observaron un elevado número de artefactos fracturados, lo que plantea interrogantes respecto a si estas roturas fueron accidentales, por uso, funcionales o intencionales, o incluso resultado de procesos postdeposicionales.
Otra limitación significativa está relacionada con la cronología. Aunque los hallazgos sugieren que los sitios ubicados en el fondo del valle son posteriores a 1500 años antes del presente, aún no está completamente claro si los artefactos de molienda encontrados en las laderas podrían ser más antiguos o si pertenecen también al Holoceno tardío. Esto dificulta una definición más detallada sobre el momento en que esta tecnología comenzó a ser empleada de manera sistemática.
En el ámbito logístico, pese al apoyo constante de instituciones locales, como la Municipalidad de Sarmiento y la colaboración de habitantes de la región, la fragmentación de los artefactos y el impacto del coleccionismo en el área, particularmente en los sectores accesibles, han dificultado una evaluación más completa del registro arqueológico.