Con el dress code “campo chic de invierno”, Sandra Borghi festejó este fin de semana sus 50 años en una coqueta estancia de la ciudad de Mercedes. En un fin de semana frío, la propuesta fue llegar antes del atardecer para disfrutar de la puesta de sol y luego bailar bajo las estrellas.
El evento tuvo lugar en La Matera, una estancia en la que los invitados disfrutaton de un excelente encuentro de amigos. «Es un lugar mágico», define la conductora de Mediodía noticias (eltrece) a Revista GENTE.
«Lo hice ahí porque soy amiga Marcelo Gonzalez de siempre y la verdad es que quería agasajar a mis amigos y a mi gente en una experiencia distinta. Por eso lo elegí y me atreví. Le hablé a él y me dijo que lo haga allí, así que todo sucedió de forma mágica», cuenta.

Bajo la organización de Javier Pita, que estuvo a cargo del casamiento de Abel Pintos, la tarde comenzó con tortas fritas y mates, mientras la puesta de sol servía como spot ideal para fotos únicas. Luego, la gran fiesta: la periodista usó dos cambios de look, eligiendo el blanco para el día y el colorado para la noche.

“Es una edad que te interpela. No te pasan por alto, no son los 30, ni los 40. Es una edad que te invita a un balance y yo siento que los empecé a cumplir cuando empezó el año. Y decrete que los 50 no me pasaban como un número más. Me miré de adentro hacia afuera y decidí que este iba a ser mi año. Un año de cambios, de expansión y de más crecimiento interior y exterior”, confiesa.
Y suma a Revista GENTE: “Si algo aprendí en estas cinco décadas de vida en donde tuve aciertos, errores, amores que nutrieron y duelos que dejaron marcas, es que la empatía -esa misma que le pedimos a nuestros hijos en la escuela, a nuestros pares en el trabajo, a los políticos, y al mundo en general-, también empieza con una misma. Con el acto profundo y necesario de conocernos, de aceptarnos, de perdonarnos por los errores del camino. Es mirar hacia adentro con la misma compasión que ofrecemos hacia afuera”.



“Yo soy de esas que le va resolviendo la vida a la gente, soy de la que se exige ser la mejor madre, la mejor hija, la mejor mujer, la mejor profesional, la mejor ama de casa, la más productiva, la más contenedora, la que todo lo puede, como le sucede a muchísimas mujeres seguramente que son multitasking y pensé que escuchar a todos, estar para todos, resolverles la vida a los demás, era mi única forma de amar. Este año dije basta. Primero me cuido yo. Siento que hasta acá era mi deber. ‘La maternidad’ por ejemplo. Ahora tengo ganas de vivir yo. Hasta mis hijos me lo dijeron y fue como cachetazo”, reflexiona la periodista.

Las celebraciones por las cinco décadas no terminaron este fin de semana, ya que anuncia: «Me voy con dos de mis mejores amigas a Punta Cana, en República Dominicana, al hotel Majestic, que es sencillamente un paraíso. Este viaje es un regalo que nos debíamos hace tiempo, una forma de honrar tantos años de amistad y de celebrar juntas estos 50, la mejor excusa para volver a soñar. Vamos a festejar la vida, a brindar por lo que logramos, y a proyectar todo lo que aún nos queda por celebrar y disfrutar. Porque los 50 no nos detienen… nos impulsan a seguir escribiendo historias memorables.”
Toda la intimidad de la fiesta de cumpleaños de Sandra Borghi
Con un triple menú que incluyó carnes al asador y pastas, la periodista agasajó a sus invitados con platos marinados de una amplia gama de tragos de autor y vinos. La fiesta se extendió hasta entrada la madrugada y, entre los famosos invitados, se destacó la presencia de Ailén Bechara, Mercedes Funes, Fernanda Iglesias, Karin Cohen, Guillermo Lobo, Paula Varela y gran parte del equipo de Mediodía Noticias, el noticiero que conduce en eltrece.








La decoración de la fiesta de Sandra Borghi



El video central de la fiesta de los 50 años de Sandra Borghi
Para celebrar sus 50 años, Borghi ideó un video en donde sacó a relucir su faceta de actriz.
La transformación física de Sandra Borghi con la que llega a los 50 totalmente transformada
Todos los días a las 8 de la mañana la cita es con el gimnasio. “Es mi momento de dedicarme a mi salud, mi bienestar. Para poder amar hay que estar bien una”, manifiesta sobre el cambio de chip que la llevó a bajar ocho kilos.
“No estaba cómoda con mi cuerpo. Soy petisa y siempre fue un tema en mi vida. Esto implica que para verme bien tengo que mantenerme en estado porque siento que si engordas unos kilos no los podes disimular. Yo no quiero naturalizar esto, pero no me dejaba conforme lo que me devolvía el espejo”, se sincera.

“Es por eso que hace un año decidí llegar a mi peso médico haciendo un tratamiento con un grupo de nutricionistas que me hicieron una guía y seguimiento. No es una dieta, y eso me gustó. Yo vivía a dieta y no bajé un gramo. Con ellos incorporé hábitos saludables como hacer actividad física, algo que ahora no negocio”, explica.
“La gente te cuestiona y te dice por qué haces dieta si estás flaca. Y el estar o no flaca es subjetivo. ‘Estas flaca, ¿Estas enferma?’. Me ponen eso y me vuelvo loca porque mis hijos ven las redes. Yo estoy tranquila porque estoy acompañada por un grupo de profesionales. Verte bien también es un tema de salud mental porque me pone en autoestima alta y me deja entrar a un lugar de mayor seguridad”, dice.