¿Vale construir la utopía? ¿O el idealismo se da de bruces con lo real? Curioso, no son preguntas contradictorias. Se puede -se debe- intentarlo: el mayor fracaso radica en no animarse. Pero el edén tampoco dura cien años, nosotros mismos vamos a cambiar de horizontes y habrá siempre tumbos. La utopía, sin embargo, no es solo el fin, también el camino.
Tengo familia que ha vivido en comunas, amigos que partieron a pueblos semirurales. Buscaban una conexión más directa con lo natural y establecer relaciones que prescindieran -Sui Generis por medio- de que “Dios es empleado en un mostrador, da para recibir”. Yo jamás sentí esa necesidad. Más aún, nací en una ciudad intermedia, Rosario, y apenas pude me disparé a otras inmensas, esas sin fin, en las que siempre encontrás algo nuevo. Pero la idea de las utopías no me fue menos extraña, simplemente distinta.
Aquellas por las que peleé -y aún cierro puños- se vinculan a espacios íntimos, personales. Me mueve, por ejemplo, ser una persona con menos miedos que hace treinta años. O haber formado una familia en la que podamos estar en silencio sin sentir que debemos pronunciar algo para que no haya incomodidad. Y haber dado pasos que implicaban cierto riesgo, pero que la contracara significaba almidonarse. Por ahí pasaron mis sencillas quimeras.
Cuando mis hijos eran pequeños nos fascinaba construir enormes torres. Había conseguido un juego de bloques de madera que se sostenían haciendo malabares. Las torres de “escala humana” duraban semanas, las muy altas se nos caían al rato. Pero trabajábamos unas y otras. Estaban aquellas que generaban una adrenalina impensada aunque lo efímero las atravesaba. Y aparecían las de escala personal: minimalistas a menudo, pero sustentables por su solidez. No para siempre, claro: cambian los anhelos y empezamos otra vez. De eso se trata, de tener siempre ganas. Porque en la vida no hay un primer paso: hay muchos, cada cual con un nuevo rostro.
Sobre la firma
Recibí en tu email todas las noticias, coberturas, historias y análisis de la mano de nuestros periodistas especializados