
¿Lloverá, será un día soleado o caerá el frío este domingo?, aquí está la predicción del tiempo para las próximas horas este domingo 31 de agosto en Monterrey.
De acuerdo con AccuWeather, durante el día la temperatura alcanzará un máximo de 36 grados, la previsión de lluvia será del 2%, con una nubosidad del 13%, mientras que las ráfagas de viento serán de 41 kilómetros por hora.
En cuanto a los rayos ultravioleta se espera que alcancen un nivel de hasta 11.
Para la noche, la temperatura llegará a los 22 grados, mientras que la previsión de precipitación será de 6%, con una nubosidad del 19%, mientras que las ráfagas de viento llegarán a los 37 kilómetros por hora en la noche.

La mejor temporada para pasear por la capital regia es de enero a agosto y de octubre a diciembre, temporada en la que se registra un clima cálido o caluroso, donde apenas hay lluvias y con temperaturas que van de los 27 a 35 grados.
Debido a que en el verano las temperaturas son extremadamente altas, la capital vive una sequía que llega a su clímax entre julio o agosto, un tiempo que también es conocida como “canícula”.
En contraste, la época de lluvia comienza en el otoño, siendo el noveno mes del año el de más precipitaciones, sin embargo, ha habido ocasiones en las que han ocurrido tormentas que dejan severas inundaciones entre abril y junio. En enero, el mes más frío, el termómetro baja a una media de 14 grados aunque el “día más frío” por lo general se registra en febrero.
Según las marcas, la temperatura mínima registrada en la historia de la ciudad fue la de 1983, cuando el termómetro marcó -7.5 grados, mientras que la última nevada ocurrió en diciembre de 2004; en contraste, el día con la temperatura más alta se registró el 24 de abril de 1958, cuando se alcanzaron los 48 grados.

La falta de preparación ante fenómenos hidrometeorológicos representa un costo diario superior a los 25 millones de pesos para las empresas mexicanas, según datos de la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS). Entre 2012 y 2024, se pagaron en promedio 7,591 millones de pesos anuales por siniestros relacionados con tormentas, lluvias intensas e inundaciones, un incremento del 91% respecto al periodo 2001–2012.
Este panorama refleja la creciente vulnerabilidad operativa y financiera de las compañías, especialmente durante la temporada de huracanes, que se extiende hasta el 30 de noviembre, de acuerdo con la Comisión Nacional del Agua (Conagua).
El pronóstico para 2025 indica una alta actividad ciclónica, con la posible formación de entre 8 y 9 tormentas tropicales, 4 o 5 huracanes de categoría 1 o 2 y hasta 6 huracanes intensos, de categoría 3 o superior.
Ante este escenario, Eduardo Gutiérrez, Socio Director en Eikos, consultora especializada en seguros y administración de riesgos, recomienda reforzar tres pilares fundamentales: seguros adecuados, protocolos internos robustos y alianzas estratégicas predefinidas.
En cuanto a cobertura, Gutiérrez advierte que disponer de una póliza no garantiza protección suficiente; “Una póliza integral frente a fenómenos hidrometeorológicos debe contemplar al menos los siguientes elementos: cobertura por huracanes, tormentas, granizo, deslaves e inundaciones; protección frente a interrupción de actividades o pérdida de ingresos; daños a bienes en tránsito o en uso fuera de planta; gastos adicionales por reubicación temporal; remoción de escombros y limpieza; procesos preferenciales de atención de siniestros”, detalla el especialista.
Además, recomienda revisar periódicamente los valores asegurados y mantener actualizadas las ubicaciones de los activos.
Un Plan de Respuesta ante Tormentas (ERP) debe contemplar cinco etapas:
Planeación anual.
Preparación inicial y final.
Respuesta durante el evento.
Recuperación posterior, incluyendo simulacros.
Actualización constante de procedimientos.
Más allá de los seguros, los protocolos internos juegan un papel clave en la gestión de riesgos. Alicia Martínez, Subdirectora de Daños, Autos y Fianzas de Eikos, señala que “es de gran relevancia que los protocolos incluyan canales de comunicación seguros, asignación de responsables por área y mecanismos para documentar daños con el fin de facilitar la gestión con aseguradoras y reducir el impacto en la continuidad del negocio”.