
Que el estado del tiempo no te tome por sorpresa, este es el pronóstico para las siguientes horas de este jueves en Puebla de Zaragoza, México.
En Puebla de Zaragoza se pronostica una temperatura máxima de 23 grados centígrados y una mínima de 10 grados centígrados.
En cuanto a la lluvia, la probabilidad de precipitaciones para esta ciudad será del 2% durante el día y del 4% a lo largo de la noche.
En el mismo sentido, la nubosidad será del 10% en el transcurso del día y del 2% en el curso de la noche. Mientras que las ráfagas de viento alcanzarán los 28 kilómetros por hora en el día y los 22 kilómetros por hora en la noche.
Cuidado con el sol, se prevé que los rayos ultravioleta alcancen un nivel de hasta 7.

El clima en Puebla es principalmente templado con distintos grados de humedad, siendo el verano cuando más lluvias se presentan aunque la ausencia de ellas se explica debido a las cordilleras que impiden el paso a nubes cargadas del Golfo de México.
Por zonas, las sierras de Tehuacán, Nevada, Norte y el Citlaltépetl gozan la mayor parte del año de una temperatura templada; la Mixteca Poblana, la sierra Norte y la Sierra de Quimixtlán tienen un clima cálido; mientras que el valle de Tehuacán y los llanos de San Juan y San Andrés presentan uno seco o semiseco.
En territorio poblano la temperatura anual oscila entre los 11 y 27 grados. A los turistas se les aconseja visitar este estado a mediados de febrero y hasta principios de mayo, cuando el clima es agradable.
De acuerdo con el Servicio Meteorológico Nacional (SMN), en los últimos años la temperatura máxima promedio anual en Puebla ha subido 2.2 grado al pasar de 27.9 grados en 1985 a 30.1 grados en 2020; en tanto, la mínima ha incrementado 1.9 grados, pasando de 13 grados (1985) a 14.9 grados (2020).

La falta de preparación ante fenómenos hidrometeorológicos representa un costo diario superior a los 25 millones de pesos para las empresas mexicanas, según datos de la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS). Entre 2012 y 2024, se pagaron en promedio 7,591 millones de pesos anuales por siniestros relacionados con tormentas, lluvias intensas e inundaciones, un incremento del 91% respecto al periodo 2001–2012.
Este panorama refleja la creciente vulnerabilidad operativa y financiera de las compañías, especialmente durante la temporada de huracanes, que se extiende hasta el 30 de noviembre, de acuerdo con la Comisión Nacional del Agua (Conagua).
El pronóstico para 2025 indica una alta actividad ciclónica, con la posible formación de entre 8 y 9 tormentas tropicales, 4 o 5 huracanes de categoría 1 o 2 y hasta 6 huracanes intensos, de categoría 3 o superior.
Ante este escenario, Eduardo Gutiérrez, Socio Director en Eikos, consultora especializada en seguros y administración de riesgos, recomienda reforzar tres pilares fundamentales: seguros adecuados, protocolos internos robustos y alianzas estratégicas predefinidas.
En cuanto a cobertura, Gutiérrez advierte que disponer de una póliza no garantiza protección suficiente; “Una póliza integral frente a fenómenos hidrometeorológicos debe contemplar al menos los siguientes elementos: cobertura por huracanes, tormentas, granizo, deslaves e inundaciones; protección frente a interrupción de actividades o pérdida de ingresos; daños a bienes en tránsito o en uso fuera de planta; gastos adicionales por reubicación temporal; remoción de escombros y limpieza; procesos preferenciales de atención de siniestros”, detalla el especialista.
Además, recomienda revisar periódicamente los valores asegurados y mantener actualizadas las ubicaciones de los activos.
Un Plan de Respuesta ante Tormentas (ERP) debe contemplar cinco etapas:
Planeación anual.
Preparación inicial y final.
Respuesta durante el evento.
Recuperación posterior, incluyendo simulacros.
Actualización constante de procedimientos.
Más allá de los seguros, los protocolos internos juegan un papel clave en la gestión de riesgos. Alicia Martínez, Subdirectora de Daños, Autos y Fianzas de Eikos, señala que “es de gran relevancia que los protocolos incluyan canales de comunicación seguros, asignación de responsables por área y mecanismos para documentar daños con el fin de facilitar la gestión con aseguradoras y reducir el impacto en la continuidad del negocio”.





